Tomás Moro, ideales en pugna

Por Óscar Antonio Roa

Tomás Moro fue uno de esos personajes en la historia dispuesto a morir por sus convicciones, tal como sucedió. Se recuerda su 485° aniversario luctuoso.

Símbolo del estudio humanístico durante el Renacimiento en Inglaterra, siendo desde luego un educado eclesiástico de los tiempos anteriores a la Reforma Anglicana, hecho histórico por el cual fue decapitado bajo órdenes de Enrique VII, ¿qué sucedió para terminar en esta tragedia?

La historia habla de un teólogo, pensador, humanista y escritor británico apegado a ideales completamente trascendentales, al menos esto se representa en su obra más emblemática, “Utopia”, donde retrata un mundo donde los seres humanos son totalmente altruistas, siempre cediendo el interés personal para beneficio universal, incluso aportando ideas precursoras a los retos globales de hoy en día, como lo son la educación universal, libertad religiosa, etc.

Tomando en cuenta el valor curricular de la vida y obra de este pensador, no es coincidencia que el rey Enrique VIII se fijara en un hombre con sus capacidades; por lo tanto, el regente inglés de la dinastía Tudor decidió nombrarlo Lord Canciller, enfocado a llevar las relaciones internacionales junto con la política exterior del reino. Sin embargo, el pensamiento de Moro, defensor de la religión católica, se encontró con una contradicción cuando el rey decidió hacer caso omiso a las reglas de la religión del Vaticano, divorciándose de su esposa y contrayendo matrimonio con Ana Bolena, cosa por la cual Tomás Moro renunció.

Finalmente, quien fue alguna vez miembro de la corte del reformador anglicano, recibió la pena máxima bajo los cargos de traición y corrupción el 6 de julio de 1535.

Actualmente, se considera a Tomás Moro como el santo patrono de los políticos y abogados, pues fue canonizado por la Iglesia Católica en 1935 y santificado por el papa Juan Pablo II en 2002. Su día se celebra el 22 de junio.