Tren Maya: EZLN resistirá

Estamos frente a un “déjà vu”, término francés que representa la sensación fugaz de una persona al pensar que ya ha estado en un lugar o que ha vivido con anterioridad algo que, en realidad, es nuevo. El choque de las opciones de cambio real en un sistema político, la vía armada o la vía pacífica, algo que ya vivimos fuertemente en la segunda mitad del siglo XX y que llegó a su clímax con la declaración de guerra zapatista al gran capital, representado en ese momento por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en 1994.

A finales del siglo XX y principios del XXI, organizaciones y luchadores sociales de izquierda y derecha, discutieron, debatieron, argumentaron, teorizaron, planearon, optaron por la vía armada o la vía pacífica, institucional, democrática. Algunos como René Arce, varias veces diputado, Jefe Delegacional de Iztapalapa y Senador por el PRD, fueron guerrilleros y en el camino cambiaron de rumbo. Otros formaron parte del gobierno represor, lo cual no significa que ellos lo hayan sido; tal es el caso de Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard e incluso el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, todos de la 4T.

Si algo tiene el Presidente López Obrador es su perseverancia, para lograr los cambios por la vía pacífica; así que tiene razón el Presidente, cuando afirma “no soy Salinas”. Andrés Manuel es el político más representativo de la victoria de la vía pacífica sobre la vía armada. En esto le ganó al EZLN y aún no se lo perdonan.

El discurso retador del EZLN, en voz del Subcomandante Insurgente Moisés, parece fuera de lugar, fuera de contexto, fuera de la realidad, sobrepasado por veintiséis años de proceso democrático que ha vivido nuestro país; pero lo que realmente lo hace ver así, es sin duda el estilo personal de gobernar del Presidente.

Estamos ante un gobierno que no está dispuesto a mancharse las manos de sangre y ante un EZLN que lo sabe y está dispuesto a “ser asesinados”, si fuera necesario, para evitar la construcción del “megaproyecto” Tren Maya. Aunque saben perfectamente que, no es necesario llegar a tanto, solo basta con la resistencia civil pacífica, para evitarlo.

Ante esta situación y para poder saber el rumbo que tomará este conflicto, es necesario contestar estas preguntas: ¿Realmente están dispuestos los zapatistas, a resistir e impedir la construcción del Tren Maya?, ¿podrá el Presidente lograr los consensos necesarios?, ¿tendrá la capacidad de negociación y convencimiento para que sin el uso de la fuerza pueda construir el Tren Maya?, ¿los operadores y negociadores de la 4T, tendrán la sensibilidad, la habilidad y el buen juicio político para tratar con personajes del tamaño del Subcomandante Insurgente Galeano?, ¿el EZLN va por el todo o nada?, ¿el EZLN sabrá salirse magistralmente de este laberinto y trampa en la que se ha metido, con el enorme riesgo de que el Tren Maya se haga, sin la necesidad de que el gobierno los reprima?

Expectantes, los conservadores se relamen los bigotes.

*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.

avilezraul@hotmail.com