Por Óscar Antonio Roa
Tres de los más grandes expositores artísticos mexicanos comparten su cumpleaños. Se recuerda en su natalicio a Frida Kahlo, Juan O’Gorman y José María Velasco.
Seguramente es mera coincidencia que estas tres personas con el mismo día de nacimiento hayan destacado en el ámbito de la pintura, pero, así como comparten esa fecha, pueden compartir el espacio en esta nota, realzando la importancia de su aporte al mundo del arte mientras representaban a nuestro país con su amor por el mismo. Tal vez, falten palabras para describir de manera definitiva a tres personas con tanto talento; sin embargo, se resaltará lo más esencial de su vida y obra.
José María Velasco
Comenzamos por orden cronológico, el “arquitecto del aire” egresado de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, podría ser nombrado como el origen de un nuevo comienzo dentro de la vida artística del país. ¿Por qué semejante aseveración? La respuesta se encuentra en dos factores; el primero, su obra acumulada en más de 300 lienzos al óleo, revelaban algo más de lo que cualquier otro pintor de la época habría plasmado, esto es el paisaje de la belleza geográfica de México. Mientras sus contemporáneos, no por menospreciarlos, se hallaban inmersos en los temas religiosos o mitológicos, Velasco prefirió concentrarse en admirar los entornos que lo rodeaban, sobre todo en sus piezas del Valle de México, dándole relevancia al mundo cultural mexicano a nivel internacional. La segunda razón, fue porque moldeó las mentes de sus sucesores, ellos fueron nada más y nada menos que Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
Este 6 de julio se conmemoran 180 años de su nacimiento en Temascalcingo, Estado de México, su deceso fue en la Ciudad de México el 26 de agosto de 1912.
Juan O’Gorman
En segundo lugar, se encuentra a un artista nato que partió de una prolífica carrera como arquitecto a pintor. Se trata de alguien fuertemente influenciado en su trayectoria arquitectónica por el funcionalismo y la escuela del Bauhaus alemán, pero definitivamente cayó rendido ante la manera de diseñar de Le Corbusier y Frank Lloyd Wright. Curiosamente, sus influencias como pintor tenderían hacia el surrealismo, siguiendo las tendencias de Remedios Varo y Leonora Carrington.
Fuera de aquello que lo llevó a ser un gran exponente con una obra salpicada por diferentes recintos de la Ciudad de México, resultó ser denominado como el último de los muralistas, pues su obra fue una mezcla entre arquitectura con esta corriente de esplendor mexicano, sobre todo por estar convencido de la necesidad de hacer el arte accesible para todos, al mismo tiempo en que se rescatan las raíces mexicanas, dando nacimiento a la Casa-estudio Diego Rivera y Frida Kahlo (de quién era un entrañable amigo desde la preparatoria), La Casa Orgánica de San Ángel (lugar donde cometería suicidio a causa de una profunda depresión) y La Biblioteca Central de la UNAM, por mencionar algunas.
Nació el 6 de julio de 1905 y falleció el 17 de enero de 1982, dejando un legado también para pintura como: Hidalgo Libertador, Canto a la Patria, Los Libertadores e Independencia y Progreso.
Frida Kahlo
Qué más queda por decir de una de las figuras más controvertidas dentro del arte mexicano. Talentosa hasta el final, podría decirse que tanto su obra como su vida están determinadas por una palabra, tragedia. No es noticia su alterada relación con Diego Rivera, tampoco su padecer debido a la poliomielitis o su accidente de autobús que la dejaría postrada en cama, dándole la oportunidad de convertirse en símbolo del arte popular mexicano a nivel mundial, mucho menos es noticia su inestable estado de salud que culminó con su muerte en 1954.
Lo que sí es noticia es la polémica alrededor de su persona, los comentarios sobre si podría ser catalogada como pintora o no. En efecto, tal vez no sea una de los más grandes talentos que este país ha brindado al mundo, pero algún día se contestará la pregunta sobre la mujer que viaja con sus cuadros por el mundo, batallando por un lugar entre grandes expositores que, sin duda alguna, se vieron cautivados por la representación de la mexicanidad retratada en una sola persona.