Vendedor adapta su auto por restricciones a tianguis 

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Miguel Ángel aplicó bien el dicho de que “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”, y es por eso que al quitarse los permisos para instalar tianguis a través de los cuales se ganaba el sustento de su familia, decidió acondicionar su auto y salir a vender su verdura.

Tanto los gobiernos de la Ciudad de México como del Estado de México suspendieron las actividades en los tianguis para evitar la propagación del virus SARS-Cov-2, el cual genera la enfermedad del coronavirus.

Ante la incertidumbre, la falta de dinero y quedarse sin ambos trabajos, el de empleado y tianguista, optó por echar mano de su imaginación, automóvil y experiencia como comerciante.

Es por ello que este padre de familia, decidió acondicionar su automóvil en un puesto literalmente ambulante, colocarse un mandil, su cubrebocas y una gorra para protegerse del sol, y recorrer calles del municipio de Netzahualcóyotl, en el Edomex.

“Allí está el jitomate señoraaas… a 20 pesos el kilo de jitomate, papas, cebollas, limones y jitomateees”, es su potente grito al transitar por las calles mexiquenses y con el cual hace salir a quienes les toca hacer la comida para la familia.

“Tengo 14 años trabajando en los tianguis, sí está saliendo gracias a Dios porque voy de casa en casa”, cuenta.

Miguel Ángel tenía un trabajo dentro de una aerolínea, la cual lo mandó a su casa sin goce de sueldo. Sin embargo, desde hace 14 años es tianguista, por lo que no le afligió y retomó su labor como comerciante.

Pero para su mala fortuna las autoridades de la zona conurbada decidieron que para evitar mayores contagios, no se permitiría la colocación de los tianguis y mercados sobrerruedas.

En la CDMX y el Edomex se quitaron los permisos para instalarse los tianguis de fin de semana.

Miguel Ángel indica que la situación está dura, que la competencia es mucha y que varias personas prefieren salir a comprar frente a su casa que salir a los mercados, y en ello radica que su negocio vaya “jalando”.

“Ya no hay empleo, no hay forma de ganar dinero, no hay permiso de vender en los tianguis por el momento”, explica.

Ante ello decidió no quedarse de brazos cruzados y salir a vender su mercancía consistente en unos cuantos huacales de verdura, una báscula y un letrero con el precio de a 20 pesos el kilo, el cual coloca sobre el motón de jitomates.

Con el dinero ganado alimenta a sus dos hijos y esposa.

Este comerciante normalmente vende en tres tianguis: en la colonia Metropolitana, el de San Juan y el de la colonia Villada, pero por ahora no hay permiso para seguir con el comercio en vía pública y a ciencia cierta no se sabe cuándo puedan regresar, si el 1 de junio o en semanas posteriores.

Ante las ofertas de préstamos a la palabra que contempla para este tipo de comerciantes el gobierno federal, Miguel indica que no le interesa endeudarse.

Los préstamos son por 25 mil pesos a pagar en 3 años, a partir del cuarto mes, por una cantidad de 800 pesos al mes.

“Nadie me ha ofrecido algún tipo de apoyo, pero de un préstamo a un apoyo, prefiero el apoyo porque… ¿Cómo le diré? Con el préstamo terminamos mal. Si tengo el dinero me lo gasto y si no terminamos endeudados”.

En la Ciudad de México se estima que hay poco más de mil 400 tianguis en todo su territorio, mientras que en el Estado de México se desconoce cuántos hay.

En algunas alcaldías, como Iztapalapa, se otorgan créditos de 6 mil pesos a tianguistas.