Xavier Guerrero, el origen del muralismo

Por Óscar Antonio Roa

Todo movimiento artístico tiene un origen. En el muralismo uno de sus pioneros y pieza clave para el desarrollo de estas obras de arte fue Xavier Guerrero, quién falleció hace 46 años.

No es un autor con el mérito merecido dentro del mundo artístico popular mexicano, esto se debe a diversos factores de su época y del país. Sin embargo, su vida y obra es bien conocida dentro del círculo de artistas pictóricos mexicano, sobre todo, por haber sido un colaborador de Diego Rivera, quién gracias a la ayuda de Guerrero, logró desenmarañar los principales problemas para realizar murales.

El artista coahuilense nacido en 1893, remonta su sabiduría en la pintura debido a su trabajo desde pequeño en el taller de su padre, redecorando residencias. En esta parte de su vida, adquiriría los conocimientos necesarios para continuar alimentando su talento como pintor, así como sus ideales políticos, los cuales, para muchos, eran realmente radicales. Dentro del primer factor, aprendió las técnicas empíricas necesarias para hacer durar la pintura ante climas realmente inclementes, una de ellas sería posteriormente conocida como el “secreto mexica”. En segundo término, vivía rodeado de hacendados extranjeros, quienes en su mayoría explotaban a los trabajadores mexicanos, estas acciones, aunadas al descontento social que desembocaría en la Revolución, influyeron en definir el pensamiento comunista del pintor.

Aunque su principal trabajo puede ser observado en la restauración de templos y edificios, como “La resurrección” en el plafón del Hospital de San Camilo en Guadalajara, la cúpula del Ex Convento de San Carmen o murales en los antiguos templos de San Pedro y San Pablo.

Probablemente opacado por la grande fama que hizo Diego Rivera, gracias a la amistad ofrecida por Guerrero, caracterizada también por la docencia de este último al joven pintor recién llegado de Europa. Aunque otra causa de atribución a su olvido entre los mexicanos, fueron sus representaciones sumamente comunistas, donde a menudo se hacía alusión a un pueblo librándose de las cadenas del capitalismo, cosa que para el período de industrialización mexicano no era bien visto.

Fallecido el 29 de junio de 1974, Xavier Guerrero transmitió su conocimiento a los diferentes muralistas mexicanos, siendo considerado uno de los pioneros del movimiento, incluso llegando a ser llamado por Pablo Neruda como “maestro del color”.