Absuelven a general; espera fallo de inocencia

POR LUCIANO FRANCO

Un escrito anónimo de 34 líneas, a máquina y plagado de faltas de ortografía, en el que no se menciona una sola vez su nombre o cargo, pero sí acusa directamente a dos de sus subordinados de estar involucrados con un líder del Cártel del Golfo, sirvió para que en 2001 el Gobierno federal detuviera al general brigadier Ricardo Martínez Perea.En entrevista para ContraRéplica, a sus 73 años, el alto mando militar mantiene su lucha por su reivindicación y la recuperación de sus haberes, ya que desde hace 18 años se le suspendieron sus pagos salariales y prestaciones.

▶ Durante estos años de lucha, apenas ayer el Tribunal Superior de Justicia Militar, en audiencia, aceptó los alegatos y pruebas presentadas por el general brigadier, y su reconocimiento de inocencia, que habrá de valorar a fin de dictar sentencia en cinco días hábiles más.

Tras la audiencia, por la noche, Martínez Perea y su equipo de abogados, así como su familia, se mostraron confiados en que el fallo será favorable, dado que incluso el secretario general de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dijo recientemente que “los anónimos no deben ser considerados más una prueba en contra de nadie”, según el general brigadier.

Martínez Perea, en libertad desde 2016, una vez que cumplió los 15 años de cárcel a que fue sentenciado, sin que se le hubieran probado los cargos por lo que se le procesó, acusa directamente al entonces procurador General de la República, también general Rafael Macedo de la Concha, de ser el autor intelectual de aquel anónimo que le destrozó la vida.

Relata que el año de su detención, 2001, el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, se había fugado por primera vez de un penal de máxima seguridad de México, y en ese periodo el gobierno de Estados Unidos debía otorgar o no al país “la certificación de lucha contra las drogas” —ahora ya no existe ese mecanismo—, lo que representaba recursos millonarios en dólares, equipo y asistencia.

La fuga del narcotraficante y que fue noticia nacional e internacional y que ponía en la palestra de los medios de comunicación al gobierno en funciones, añade el general brigadier, ponía en serio riesgo dicha certificación, ante lo cual, “el gobierno ideó involucrar a un alto mando del Ejército con el narcotráfico, para que su aprehensión ayudara a conseguir aquella valoración. Yo fui el chivo expiatorio”, lamenta.

Asimismo, la noche del domingo, previo a la audiencia que sostuvo ayer el general brigadier Martínez Perea afirma que no conoce al narcotraficante Gilberto García Mena, El June, justamente con quien se le vinculó de manera absolutamente ilegal.