Las aguas turquesas, playas blancas y gran diversidad de arrecifes coralinos que se encuentran en el mar Caribe podrían desaparecer, sino se atiende el problema del sargazo, alertaron investigadores de la UNAM.
Explicaron que a ello se agrega la mala calidad del agua y la producción de sustancias químicas que son vertidas al Caribe, lo que pone en peligro los ecosistemas de la región.
La víspera el Gobierno de México señaló que el problema de la macroalga no es “grave”, sin embargo el día de hoy anunció una inversión de 52 millones de pesos para atender el fenómeno, que implica la construcción de 10 barcos sargaceros, entre otras medidas.
“Atender esta problemática es un reto multidisciplinario y multisectorial, que requiere investigación y coordinación entre académicos (de ciencias naturales, sociales y económicas), los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal), la iniciativa privada (hoteleros, empresarios de turismo e industriales para que procesen y aprovechen el sargazo) y la sociedad civil”, señaló Brigitta Ine van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML).
Rosa Elisa Rodríguez, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del ICML, indicó que actualmente se trabaja en establecer una base de datos sobre el volumen del sargazo que llega a costas de Quintana Roo.
“No teníamos registros de la cantidad que llega, y sin ese dato es difícil tener programas de manejo adecuado, desarrollar una industria y tener sitios de disposición habilitados”, dijo.
En 2018 se juntaron cerca de 275 mil metros cúbicos de sargazo en seis kilómetros de playa de Puerto Morelos.
“Si extrapolamos a los 17 kilómetros de todo el municipio, eran casi 800 mil metros cúbicos, equivalentes a trescientas albercas olímpicas de 50 metros por 25 metros de profundidad”, detalló.
Jorge Zavala Hidalgo, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), expuso que el origen del sargazo es externo y no un asunto local de las costas mexicanas; abarca todo el Caribe, incluso el Atlántico ecuatorial.
Para tratar el problema , agregó, se tienen que combinar acciones de corto plazo necesarias para mitigar el impacto y remover el sargazo, también con labores de largo plazo, centradas en la investigación y monitoreo.
Redacción ContraRéplica
Imagen Cuartoscuro