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Cambios de ánimo en embarazadas, pueden afectar al bebé

Cambios de ánimo en embarazadas, pueden afectar al bebé

Entornos lunes 14 de diciembre de 2020 -

Daniela Méndez

La ansiedad y la depresión son trastornos afectivos que repercuten de manera notable en la calidad de vida. Se trata de enfermedades
cuya frecuencia se incrementa durante el embarazo, un periodo en el que impactan en el bienestar de la madre y en el futuro del recién nacido e, incluso, en los hijos de sus hijos.

En la Unidad de Investigación en Reproducción Humana de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM y en el Instituto Nacional de Perinatología (INPer), los científicos investigan el efecto de ambos padecimientos en el desarrollo neurocognitivo de los bebés, y en las sustancias que regulan la respuesta inmunológica y al estrés.

Ignacio Camacho Arroyo, integrante de la Unidad, explicó que “la depresión consiste en un estado de ánimo abatido, con pérdida de interés, ausencia de placer en las actividades que se desarrollan, cambios en los hábitos alimenticios y el patrón de sueño, falta de energía, fatiga, problemas en concentración y cognitivos, así como desesperanza”.

Se trata de la segunda causa de discapacidad en la población adulta, la cual se prevé podría ser la primera para 2030; peor aún, puede llevar al suicidio. Se calcula que en el mundo 800 mil personas se quitan la vida cada año por esa causa.

Ignacio Camacho, comentó que “en mujeres embarazadas con ansiedad, depresión, o ambas, se exacerban algunas funciones. “Hemos visto que se incrementan las citosinas llamadas pro inflamatorias. Una mayor inflamación puede producir una respuesta inmunológica inadecuada que, incluso, puede generar un parto pretérmino”.

En un parto prematuro se presenta restricción de crecimiento uterino, bajo peso al nacer e inmadurez de varios órganos, lo cual puede tener consecuencias en el estado de salud general del bebé y, en especial, en su neurodesarrollo.

Los estudios, realizados en colaboración con el Departamento de Neurociencias del INPer y el Instituto Nacional de Psiquiatría, que se dieron a conocer en las revistas internacionales BMC Psychiatry y JSM Anxiety and Depression, se realizaron en pacientes del INPer y de otras instituciones como el Hospital General de México.

La muestra fue de alrededor de 300 mujeres para depresión y cerca de 200 en el caso de ansiedad; se incluyeron embarazadas con uno o ambos padecimientos, o sin ellos, para hacer una comparación entre ellas.

También se ha visto que la depresión y la ansiedad se pueden incrementar cuando la mujer es hospitalizada por tener un embarazo de alto riesgo, ya que puede estar comprometida su vida, la de su futuro bebé, o la de ambos. Así ocurre también durante el posparto.

Se calcula que en el primer trimestre de embarazo puede haber de siete a ocho por ciento de ellas con depresión; hacia el final del periodo de gestación la cifra se eleva a12 % y en el posparto a 13 %.

En el caso de la ansiedad, los números son más altos: de 15 a 17 % al inicio del embarazo, y hasta 20 o 25 % al final; es decir, una de cada cuatro mujeres.

Por ello, es muy importante que cuando se presentan estos problemas la futura mamá acuda con un ginecólogo y un psicólogo o psiquiatra, para ver las alternativas de tratamiento.

Ignacio Camacho, concluyo “cuando una mujer embarazada esté presentando cambios de ánimo notables, cuando tenga algunos síntomas de depresión o ansiedad, que recurra a su médico para ser atendida. El INPer es un centro de referencia para su atención”.

Imagen: Cuartoscuro

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FR/CR

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