Con “calma desoladora” se vivió un Día Sin Mujeres

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“Es un día triste, sin el bullicio de sus voces, con una tranquilidad y un silencio en la ciudad que se siente raro. No ves a las mujeres caminar a prisa, pero sin perder el estilo, rumbo a sus oficinas, a sus trabajos. Tampoco hubo chicas, muchachas maquillarse mientras viajan en el Metro o mientras conducen su automóvil”, relata Emanuel Lua sobre el paro nacional Un Día sin Nosotras.

En un día histórico, inédito para la Ciudad de México y el país se vivió el 9 de marzo en donde millones de mujeres decidieron quedarse en sus casas y sumarse al paro nacional y con ello manifestar su rechazo a los feminicidios, al hostigamiento, a la desigualdad salarial y al machismo que persiste en el país.

Bajo el hashtag #UnDíaSinNosotras, convocado por colectivos feministas en respuesta a los casi mil feminicidios de 2019 y a los 320 asesinatos ocurridos en enero de este 2020, el paro nacional fue respaldado por la inmensa mayoría de las empresas, universidades, secretarias de estado, Congreso y gobiernos locales. Sólo las mujeres sin seguridad social, que trabajan en la economía informal o en doctoras, enfermeras y bomberas, no se sumaron por obvias razones.

México, un país con más de 130 millones de habitantes, más de la mitad mujeres, vivió una jornada con aulas semivacías en escuelas y universidades, centros de trabajo con menos de la mitad del personal, medios de comunicación sin la presencia de mujeres periodistas en pantalla, ni siquiera para esa práctica sexista donde chicas dan el del clima, calles semivacías, transporte público con vagones y espacios exclusivos para mujeres sin la presencia de ellas, incluso en actividades como el sexo servicio en calzada de Tlalpan, pararon actividades este lunes.

Solo las mujeres que no cuentan con seguridad social, en la economía informal, como vendedoras de alimentos en la vía pública, las trabajadoras de limpieza de la CDMX, trabajadoras domésticas, quienes trabajan en fondas, no pararon actividades por su precariedad salarial.

“Yo no puedo descansar porque si no no gano los 200 pesos como cocinera. La dueña nos dijo que podíamos faltar, pero no nos pagaría el sueldo. Preferí no parar porque luego no me alcanza para mis medicinas”, dijo Doña Beatriz, de 72 años, quien trabaja en una fonda de la colonia Del Valle. Igual situación de tres mujeres que trabajan en una famosa taquería en la avenida Baja California.

En un recorrido de ContraRéplica por varias zonas de la Ciudad de México se destacaron los contrastes en este paro nacional, ya que en algunas colonias como Santa Cruz Meyehualco, Iztapalapa, las mujeres, la mayoría amas de casa o que trabajan en tianguis, en la economía informal, realizaron sus actividades cotidianas o tomaron el día como un descanso para pasear con sus hijos.

“Desde Tláhuac hasta la colonia Del Valle, donde cruzó al menos tres alcaldías vi que el trasporte va con muy pocas personas, la mayoría son hombres. Muchos negocios cerrados, en un negocio tenía una pancarta de Un día sin nosotras, pero me llama mucho la atención que en Tulyehualco, por la avenida donde pasa el autobús estaba desolado ni siquiera está “La Güera”, la doña que trabaja como viene en el crucero”, narra Yairo Aragón, diseñador gráfico.

“Es un día en calma. Pero no me mal entiendan, es una calma desoladora que no me gustaría sentir siempre. En la terminal del Metro Tláhuac no están las cajeras, intendentes, ni las mujeres policías. La única mujer presente es la voz que anuncia las estaciones. Grandes filas en las máquinas expendedoras de tarjetas y una triste escena del vagón exclusivo para mujeres sin mujeres”, agrega.

Incluso algunas cadenas de negocios o franquicias como las neverías “La Michoacana” expusieron sus logos sin la mujer indígena que la distingue. Lo mismo desapreció la sirena de “Starbucks” y se expuso el escudo del IMSS sin la mujer que es cubierta por un águila.

En las escuelas y universidades los salones semivacíos o vacíos completamente. En redes sociales alumnos de la Facultad de Psicología de la UNAM compartieron fotos y videos de un salón de clases con sólo dos alumnos que optaron por ver una película infantil, ante la abrumadora ausencia de sus compañeras.