Por Angélica Patiño
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Entre dolor y desconcierto, amigos y familiares despidieron a Gabriela Gómez Cervantes, víctima colateral del atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
La ceremonia se llevó a cabo en la comunidad de Potrero, donde hay una gran mayoría de casas de madera, a las que cubrió el silencio, pues una de sus integrantes murió en medio de un fuego cruzado.
La joven de 26 años era madre de dos niños. Su padre relató que era una mujer trabajadora y cariñosa, dedicada con su familia y una gran hija.
Luego de lo sucedido en la Ciudad de México, la familia de Gabriela tuvo que esperar más de 12 horas para que les entregaran el cuerpo.
Al llegar, dos patrullas de la policía municipal resguardaron la carroza de color blanco hasta la puerta de su casa, dónde con gran tristeza ya la esperaba su familia, sus hermanas y sus dos hijas.
El pasado viernes, Gabriela viajaba junto con su esposo y tres mujeres más a bordo de un automóvil Chevrolet Aveo, rumbo a las inmediaciones del Auditorio Nacional, donde tenían un puesto de comida.
La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) indicó que garantizará la reparación del daño al esposo de Gabriela, conforme a las facultades legales de dicha instancia.
“En el momento oportuno ante el duelo por la pérdida que embarga a la familia, en coordinación con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, se garantizará reparación integral del daño”, indicó la CEAV en un comunicado.
El diputado local por el PAN, Federico Döring, hizo un llamado al gobierno de la Ciudad de México a no olvidar la situación de la familia de Gabriela.