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Quizás estés familiarizado con Barbe-Nicole Ponsardin, la dama francesa que tomó prestado su nombre y estado civil de VeuveClicquot, uno de los vinos más famosos del mundo. De ella también vamos a hablar en este artículo, pero quiero empezar primero con la historia de la menos conocida Antonia AdelaideFerreira, contemporánea de Veuve Clicquot y una de las figuras más importantes del comercio del vino de Oporto, Portugal, que además presta su nombre a algunos vinos de Oporto conocidos, incluyendo el Premium Porto Ferreira Vintages.
Antonia nació en 1811 en una familia de productores de vino y comerciantes de Oporto. Su padre, José Bernardo Ferreira la casó con un primo, António Bernardo II, en 1834. António Bernardo era un “bon vivant” y desperdició gran parte de su fortuna. Murió en 1844, dejando viuda a su esposa con tan sólo 33 años. Antonia se hizo cargo de los negocios de la familia, se deshizo de las inversiones realizadas por su difunto marido y destinó recursos a la producción y comercialización del vino de Oporto. Su visión, coraje, independencia de espíritu y espíritu empresarial, le permitieron gestionar con éxito los negocios,convirtiéndose en la terrateniente más destacada del Valle del Duero y con una de las mayores fortunas de Portugal en ese momento.
En 1853, Antonia acumuló la herencia de sus suegros, marido y padre, lo que convirtió a su hija, Maria da Assunção, en codiciada por las principales casas de la aristocracia portuguesa.
Un año después, el duque de Saldanha, entonces presidente del Gobierno de Portugal decidió casar a su hijo con Assunção. La negativa de Antonia a la petición, alegando que su hija sólo tenía 11 años, daría lugar a uno de los episodios más “románticos” del siglo XIX portugués.
En agosto de 1854, el hijo del duque de Saldanha, acompañado de António Bernardo III, hermano de Assunção, y otros amigos, se dirigió a la Quinta de Travassos con el objetivo de “secuestrar” a la joven, pero Assunção ya estaba fuera del paísprotegida por su madre.
Después de regresar a Portugal, el negocio siguió creciendo. Enesos años la “plaga de oidio” asoló el valle del Duero, pero con abundante vino en existencia, su empresa podía permitirse vender a un precio elevado cuando la producción era baja y comprar propiedades cuando los agricultores quebraban.
En 1861, después de una visita a su estimada Quinta do Vesúvio, Antonia regresó a Régua en barco. En el barco estaban su esposo, Silva Torres, su hija, su yerno y Joseph James Forrester. Golpeado por el mal tiempo, el barco se hundió y James fue una de las víctimas. Ese día, Antonia escapó, pero perdió a un querido amigo, y la región del Duero perdió a uno de sus más fervientes defensores.
Sintiéndose insegura, Antonia decidió abandonar el país y viajar a Londres acompañada de Francisco Silva Torres, quien luego se convertiría en su segundo marido. Antes de partir, publicó en la prensa una protesta contra el Duque de Saldanha, cuya publicidad tuvo fuertes repercusiones económicas, sociales y políticas. Dos años más tarde, Antonia, Francisco y Assunçãoregresarían a Portugal.
Los primeros casos de filoxera se detectaron en 1865. Presa del pánico, los agricultores intentaron todo lo posible para combatir la filoxera, pero sin éxito. Hoy en día, todavía es posible observar algunos “mortuários” o lechos de muerte en esa región. Las propiedades y las tierras fueron tratadas con productos químicos agresivos, lo que las hizo no aptas para la agricultura. La solución definitiva a este problema vino desde fuera. António Bernardo III, quien visitando la exposición de París en 1889, envió información a su madre sobre la resistencia de las vides americanas a la filoxera. En 1892 se inició la distribución de estos portainjertos por las diferentes fincas, y la plantación de viveros de portainjertos en varias propiedades.
Antonia previó el potencial del Duero Superior y luchó por la ampliación de la región vitivinícola. Es importante mencionar que Quinta do Vesúvio, descrita por Forrester como “la finca entre todas las fincas, una de las maravillas del mundo” a pesar de producir vino de primera calidad, no formaba parte de la zona demarcada del Duero. La ampliación de la región no se aprobó hasta 1907.
Ferreirinha (como le llamaban sus amigos y seres queridos) era una figura muy respetada y miles de personas asistieron a su funeral el 26 de marzo de 1896 en Régua. Se la conocía comúnmente como “mãe dos pobres”, la madre de los pobres, debido a su labor caritativa, vida frugal y devoción religiosa. Para los agricultores, se convirtió en el ejemplo que los habitantes del Duero utilizaron para enfrentar el dominio británico sobre el negocio del vino de Oporto, para demostrar que podían cumplir su sueño de ingresar al comercio.
Por otro lado, contemporánea de “Ferreirinha”, tenemos a Barbe Nicole nacida en Reims, Francia, en el corazón de la región de Champaña en 1777. Barbe-Nicole era la hija mayor del rico comerciante de textil Nicolás Ponsardin. Nicolás tenía importantes ambiciones sociales y envió a su hija a educarse en un prestigioso convento junto con los hijos de la realeza. Sin embargo, en julio de 1789 la Revolución Francesa llegó a Reims y las hijas de los ricos y reales corrieron el riesgo de sufrir violencia. Los Ponsardin estaban desesperados por recuperar a su hija, pero recogerla en un carruaje sería convertirla en un objetivo aún más obvio. Según la leyenda familiar, la modista de los Ponsardin sacó a Barbe-Nicole del convento vestida con harapos y la llevó por las calles llenas de disturbios para devolvérsela a sus padres. Quizás debido a este incidente, Nicolás cambió de opinión y a pesar de ser un monárquico de toda la vida, se alió del partido radical jacobino que pedía la abolición de la monarquía.
Nicolás fue increíblemente pragmático y después de la revolución, continuó aumentando silenciosamente la riqueza y las conexiones de la familia mientras proclamaba ser un hombre del pueblo. Una de esas conexiones fue con la vecina familia Clicquot. Al igual que Nicolas, Philippe Clicquot era un comerciante de textil local y un emprendedor inteligente con un pequeño negocio paralelo que distribuía vinos cultivados localmente. Nicolás tuvo una hija y Philippe tuvo un hijo. Barbe-Nicole Ponsardin y François Clicquot se casaron en 1798. Debido a la prohibición de la práctica religiosa por parte de los jacobinos, las familias celebraron una ceremonia católica secreta en las bodegas debajo de sus casas. A pesar de tener un matrimonio arreglado, François y Barbe-Nicole compartían un gran amor y admiración el uno por el otro. En 1799 tuvieron su única hija llamada Clémentine.
François era el idealista soñador y Barbe-Nicole la pragmática-lógica y en esos primeros días de matrimonio compartían sus esperanzas y aspiraciones para el negocio familiar. En aquella época, el negocio vitivinícola de la familia Clicquot era bastante menor. Compraban vinos a viticultores locales y los distribuían, pero no elaboraban el suyo propio y la gran mayoría de sus ingresos procedían de los textiles. François y Barbe-Nicole querían cambiar eso, comenzando a elaborar sus propios vinos y vendiendo mayores cantidades a nivel internacional. François nunca llegaría a ver este sueño hecho realidad. En 1805, ante una serie de fracasos empresariales, se volvió desolado y abatido. François siempre había sido propenso a sufrir estallidos de manía y excitación seguidos de negras depresiones, pero esto era diferente. Después de semanas de enfermedad, murió. La familia dijo que se debía a la fiebre tifoidea, pero entre los trabajadores y viticultores corrían rumores de que se había suicidado. Barbe-Nicole quedó viuda con sólo 27 años. Después de la muerte de Francois, Barbe-Nicole usaría colores oscuros de luto por el resto de su vida, enfatizando su viudez para conservar su libertad financiera.
Tras la muerte de su hijo, Philippe Clicquot planeó liquidar su casa de Champán pero Madame Clicquot lo sorprendió preguntándole si podía hacerse cargo del negocio y solicitando su inversión en la empresa. Esta era una propuesta arriesgada, ya que ella tenía muy poca experiencia en negocios o en vinos.Philippe Clicquot finalmente aceptó, con la condición de que ella realizara un aprendizaje con Jérôme Alexandre Fourneauxque era un enólogo muy conocido y muy hábil en mezclar varios vinos antes de ser embotellados en un proceso llamado ensamblaje, que es como se elabora el Champán.
Madame Clicquot, que marcaba tendencias, creó la primera cosecha registrada en 1810 debido a una cosecha particularmente buena. Casualmente, ese año Fourneaux abandonó el negocio y la casa pasó a ser conocida oficialmente como Veuve Clicquot Ponsardin, pero sería su cosecha de 1811 la que pasaría a la historia y comenzó con un cometa.
Los enólogos han visto durante mucho tiempo a los cometas como una señal favorable de que tendrán una buena cosecha. Durante la mayor parte de 1811, el Gran Cometa (también conocido como C/1811 F1) ardió intensamente en el cielo. Para conmemorarlo, Madame Clicquot nombró su cosecha de 1811 "el Año del Cometa" e incluso añadió una estrella en el corcho.
Y así es como empezaron dos marcas muy reconocidas en el mundo del vino, la Champaña Veuve Clicquot y el Oporto Ferreira.
Estas dos grandes mujeres se van a quedar para siempre en nuestros paladares, cada vez que probemos una copa de Oporto o de Champagne.
En cuanto a mí, me puedes escribir a anaisdemelo@columnist.com con cualquier duda o pregunta sobre vinos.
¿Y tú, ya fuiste por tu copa?