Columnas
Estamos a unos días de que inicien “formalmente” las campañas electorales, estaremos saturados de mensajes con los que nos estarán bosquejando el país que se habrá de construir para los siguientes 6 años.
Por los spots que se han estado viendo, el tema que se constituirá como el eje rector de las campañas, es la seguridad, el motivo es muy claro, de acuerdo con el informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres, México fue el sexto país más violento en 2023; es un tema insoslayable y de valor estratégico en estos momentos.
Sin embargo, por los datos presentados en el último informe publicado por MEJOREDU, en donde presenta los Indicadores de la Mejora Continua de la Educación en México (INMCE 2023), y partiendo de que las candidatas y el candidato presidenciales, en diferentes momentos, han hablado de atacar las causas de los problemas, el eje central de sus campañas debería ser cómo garantizar el derecho a la educación a niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Esta publicación que integra y analiza información del ciclo escolar 2021-2022, pondera que la eficiencia terminal fue muy exitosa, resaltando que el avance en el acceso y permanencia de las y los estudiantes permitió reducir los indicadores del analfabetismo y que el número de años que en promedio permanece la población mexicana en la escuela sea de 9.8 grados; lo que equivale a estar cursando el primer año de educación media superior.
Lo anterior, sin dejar atrás los resultados obtenidos por el Programa la Escuela es Nuestra, resaltando los avances en la disponibilidad de servicios básicos en las escuelas y la mejora de infraestructura de los centros educativos.
Sin embargo, también nos habla de que el 21.3% de la población no estuvieron inscritos en el ciclo escolar 2021-2022, resaltando que los motivos para no asistir a la escuela abarcan factores desde falta de recursos, falta de interés o aptitud para la escuela, por la pandemia de covid-19, otros no fueron llevados a la escuela por considerar no tener la edad apropiada, los casamientos, uniones, embarazos problemas personales, la distancia de la escuela, alguna discapacidad y la falta de recursos, se registraron como factores que determinaron que niñas, niños, adolescentes y jóvenes abandonaran los estudios.
Por otro lado, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), ha informado que, de acuerdo con el INEGI, son más de 6.4 millones de niños y niñas que no asisten a la escuela y aproximadamente la mitad de ellos son parte de los pueblos originarios, esta cifra coloca al país por ecima del promedio de desigualdad educativa en Latinoamérica y el mundo, según el Foro Económico Mundial.
Esto nos lleva a recordar que, en 2018, el Foro Internacional G20 le otorgó un lugar central a la educación en las diferentes discusiones que sostuvieron partiendo de la premisa que sin educación no hay desarrollo de las capacidades humanas, no hay posibilidad de crecimiento de las personas y, en consecuencia, de las sociedades que conforman un país. Tampoco hay posibilidad de innovación y desarrollo sostenible en el tiempo”, dejando en claro que discusiones como el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo, el futuro alimentario sostenible, la seguridad global, entre otros temas, no serán posibles si no se cubre la deuda que el mundo entero tiene con la educación.
Por esta razón, si las candidatas y el candidato quieren garantizar realmente un futuro mejor y seguro para todas y todos, deberán de tener como eje de sus discursos a la educación. No hay de otra.
Dra. Rosalía Zeferino Salgado
Asesora en Comunicación Estratégica
e Imagen Pública