Educación para acabar con los extremismos

Los últimos tiempos en nuestro país, se han caracterizado por la violencia que se ejerce contra las personas por el solo hecho de no coincidir o compartir la forma de pensar o por las preferencias políticas que tenemos, situación que nos ha llevado a vivir o a observar hechos que rayan en un extremismo que vulnera a todos.

Comento esto, porque Malala Yousafzai, quien se convirtiera en un símbolo internacional de la lucha en pro de la educación de las niñas después de que le disparasen en 2012 por oponerse a las restricciones de los talibanes a la educación de la mujer en su país natal, este lunes afirmó en el Festival del Lector en Río de Janeiro que “la educación es la mejor forma de combatir los extremismos en el mundo actual”.

Sí, nuevamente la educación es planteada como la solución a uno de los grandes que se viven actualmente, siendo la vía para encontrar los caminos de la paz, del diálogo, del consenso, de la convivencia, del respeto, de la tolerancia, de la aceptación, de la inclusión.

Pero, ¿cómo lograrlo, cuando en México todo lo que tiene que ver con el sistema educativo está siendo cuestionado hasta llegar a la judicialización de la educación?.

¿Cómo lograrlo cuando todas las decisiones que se han venido tomando, más allá de conseguir lo que Malala Yousafzai ha expresado que “la educación es la mejor forma de combatir los extremismos en el mundo actual”, pareciera que los está reafirmando mucho más?

Los docentes, los estudiantes, la sociedad entera, más allá de cambios concretos en nuestro sistema educativo, ha sido testigo durante estos años de las acciones legales que organizaciones de la sociedad civil y padres de familia han ejercido contra la autoridad educativa.

Ejemplo de ello, son los amparos interpuestos contra la autoridad educativa por la eliminación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), y al mismo tiempo para detener la operación del programa La Escuela Es Nuestra (LEEN), el argumento principal era que vulneraba el derecho a la educación y alimentación de niñas, niños y adolescentes, dicha demanda prosperó.

El amparo que se promovió ante la decisión de eliminar los grados escolares, desde educación preescolar hasta secundaria, y se agruparán en seis fases, el fallo a favor de los demandantes se basó en la defensa del derecho humano a la educación de los niños y de su interés superior que debe salvaguardarse.

El amparo por el cual se concedió una suspensión provisional en contra del programa piloto del nuevo plan educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya que este al establecer dos modelos de educación, uno para 960 escuelas públicas; y otro para el resto de escuelas públicas y privadas, resultaba inconstitucional.

Finalmente, el amparo que ganó la Unión Nacional de Padres de familia para la suspensión provisional de la impresión de libros de texto gratuito que no tengan respaldo en planes y programas autorizados y que no hayan observado los procedimientos legales respectivos para la publicación de los libros de texto gratuito.

Los procedimientos, las formas y los tiempos, los planteamientos de la autoridad educativa, han sido motivo para que lo dicho por Malala Yousafzai, en nuestro país todavía no lo podamos afirmar, pero que, con el ejemplo del diálogo, consenso, tolerancia, respeto e inclusión, no hay duda alguna la SEP, todavía está a tiempo de poder lograr una educación por la que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes caminen hacia un futuro libre de extremismos.

Mtra. Rosalía Zeferino Salgado

Asesora en Comunicación Estratégica

e Imagen Pública