Por Daniela Méndez
Luis Enrique Sánchez Ramos, estudiante del Posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM, afirmó que la “pérdida parcial de especies, exterminio de la flora y fauna, así como migración de aves, son consecuencias de las erupciones volcánicas; sin embargo, diversas especies se han adaptado o son tolerantes a estos eventos”.
Con el objetivo de identificar los efectos de la ceniza volcánica en la cobertura y estructura vegetal, el daño ambiental y las repercusiones en el ensamblaje de aves, el universitario analiza las consecuencias de la explosión del Volcán de Colima, en julio de 2015, considerada la más intensa que el coloso ha tenido en este siglo.
Luis Sánchez, explicó que “en las aves las erupciones tienen dos tipos de efectos: directo e indirecto. En el primer caso responden a las modificaciones ambientales y al contacto con el material volcánico; y en el segundo, a los cambios en las interacciones con otros animales y plantas, que se presentan después del suceso”.
Las especies más afectadas son aquellas cuya dieta es principalmente de origen vegetal, y en el caso de las aves, las que forrajean en el suelo.
Cuando ocurre, la mayoría de las especies migran hacia ambientes propicios, las que no tienen esa capacidad seguramente fallecen, pero existen algunas que son tolerantes y permanecen ahí.
Basado en los resultados de su investigación, la primera en su tipo en México, Sánchez Ramos, destacó que “con estos eventos los artrópodos y mamíferos pequeños migran o mueren, y las aves que se alimentan de ellos no tienen qué comer”.
La clave para la recuperación son las plantas, pues al brotar empiezan a llegar los primeros animales, como artrópodos, aves y mamíferos; entre todos contribuyen a la regeneración del ecosistema.
Imagen: Reuters