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Golpes en la cabeza generan lesión cerebral en 90% de los Boxeadores

Golpes en la cabeza generan lesión cerebral en 90% de los Boxeadores

Deportes martes 11 de junio de 2019 -

POR FERNANDO MORENO


El boxeador mexicano Felipe Gallito Orucuta se encuentra en coma inducido, tras un nocaut que le causó una conmoción cerebral en pelea ante Jonathan Titán Rodríguez, el fin de semana pasado, deporte en el que las lesiones cerebrales se manifiestan en el 90 por ciento de los púgiles sin importar que ganen o pierdan. El certero golpe a la cabeza que provocó que el joven azteca esté en estado crítico, es parte de una disciplina de contacto en la que el 85 por ciento de los golpes son conectados a la cabeza.

El pugilismo es uno de los deportes de contacto más peligrosos que existen ya que los deportistas que suben al ring están expuestos a fuertes y continuos impactos, a tal grado que más allá de que un nocaut le de la victoria a uno de los púgiles, esto causa severos daños, que al instante ha causado hasta la muerte.

En un combate el cerebro de un boxeador recibe un castigo equivalente al golpe de un mazo acolchonado de seis kilos a 30 kilómetros por hora.

Más allá del cerebro, la vista y el oído son otras de las partes afectadas en el cuerpo y a pesar de que muchos pugilistas se retiran sin haber sufrido alguna lesión de consideración, las consecuencias de los golpes se manifiestan a largo plazo, como lentitud en el habla, dificultad para ordenar pensamientos y pérdida de agilidad mental, como las más notorias. Además, se pueden presentar hemorragias retinianas, desprendimientos de retina y otros traumatismos oculares que pueden conducir a la extirpación del ojo o a un severa perdida de la vista, ya que según un estudio del Hospital Príncipe de Asturias de Madrid, señala que el 58 por ciento de los boxeadores sufren lesiones oculares de gran magnitud, como por ejemplo la ceguera del campeón Sugar Ray Leonard.

Este estudio también pone de ejemplo al campeón histórico de los pesos pesados, Muhammad Ali, quien murió por el conocido síndrome del Punch Drunk, una especie de demencia y mal de Parkinson originado por los golpes que sufrió en este deporte.

Explica que el cerebro, a pesar de su aparente autoprotección con el cráneo, sobrevive rodeado de peligros de todo tipo, uno de ellos que el cerebro se mueva como gelatina ante los impactos y cada contacto con las paredes del cráneo generan una conmoción la cual puede causar al instante un desmayo o minutos más tarde un estado de coma.

El Neurólogo holandés, Dick Swaab, explica en su libro Somos nuestro cerebro que entre el 40% y el 80% de los boxeadores sufren de encefalopatías crónicas traumáticas, y el 17% tiene parkinson, como era el caso de Mohammed Ali.

Ante este tipo de situaciones y con el fin de evitar tragedias en el ring, en 1982 el Consejo Mundial de Boxeo tomó ciertas medidas e impulsó una nueva reforma en el estatuto: los rounds de un combate por el campeonato se bajarían de 15 a 12, se introdujo el conteo de ocho segundos y los luchadores se sometieron a pruebas médicas más estrictas previoa sus combates.


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IM/CR

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