Columnas
Se duermen tarde por estar preparando sus clases, se levantan muy temprano porque hay que llegar mucho antes que sus alumnos a la escuela, los reciben, les sonríen, enseñan, forman, guian, dialogan y escuchan.
Además, atienden a las madres, padres de familia, a las abuelitas o tías que cuidan a sus estudiantes. Revisan y califican exámenes. Se van a estudiar, en la maestría, doctorado o cursos de actualización que la mayor parte de las veces ellos y ellas pagan.
Si son madres o padres, corren también por sus hijos e hijas, llegan a sus casas a resolver asuntos de su hogar. Se sientan unos momentos, antes de, nuevamente, volver a tomar todo lo que tiene que ver con su profesión. Ser Maestras y Maestros.
Sí, así de “complejo”, es ser docente.
Sin embargo, pocos pensamos en que su trabajo va mucho más allá de las horas que están en la escuela, muchos hasta llegan a decir que son “flojos”, nada más falso que eso, porque quienes así lo piensan o se expresan, deberían intentar por un solo día, tomar las riendas de un grupo de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato o universidad, para saber que implica, enseñar, formar, atender, hablar y escuchar a los más de 30 alumnos, por lo menos, que tiene cada grupo (México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, que tiene más estudiantes por cada docente).
Los docentes desempeñan un papel clave en la construcción del futuro de todos los seres humanos, de todos los países, sin embargo, cuántos valoramos en su justa dimensión su trabajo, cuántos somos capaces de reconocer día con día todo lo que hacen o nos preguntamos si esas personas que preparan a nuestros hijas e hijos para su vida futura están bien, se sienten bien. La respuesta, lamentablemente, será: muy pocos.
Estos son algunas de las razones por las que el informe global sobre docentes, realizado por la UNESCO y el Grupo de Trabajo Internacional sobre Docentes para la Educación 2030, revela una necesidad urgente de 44 millones de docentes adicionales de primaria y secundaria para los sistemas educativos de todo el mundo para 2030.
Por lo que, recomienda que para paliar la escasez de docentes se requiere de un enfoque holístico, en el que además de dar certeza laboral, se les debe garantizar salarios y prestaciones competitivas, impulsar las oportunidades de ascenso profesional, mejorar sus condiciones de trabajo, reducir la carga administrativa, fomentar y proteger su salud mental, la motivación y su bienestar integral, permitiendo un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
Considerar todo esto, hoy que es Día del Maestro y la Maestra sería el mejor reconocimiento que se les podría otorgar, porque “Todo el que recuerda su propia educación, recuerda a sus maestros, no los métodos o técnicas. El maestro es el corazón del sistema educativo”.