Columnas
Hablar de lo Hecho en México es hablar de nuestras raíces, de la historia que nos define y del esfuerzo de mujeres y hombres que con su trabajo diario construyen un país más fuerte y soberano. Es reconocer la riqueza de nuestras tradiciones, la creatividad de nuestros artesanos y la resistencia de aquellos que, con sus manos, dan forma a productos que llevan el sello de nuestra identidad.
En cada rincón de México, desde los mercados tradicionales hasta las grandes industrias, encontramos productos que reflejan nuestra esencia. La gastronomía, la artesanía, el textil y la tecnología nacional son prueba de que en este país hay talento, esfuerzo y pasión. Cada creación hecha en México lleva consigo historia, tradición y el alma de su gente.
Si hay un lugar que representa el espíritu de lo Hecho en México, es sin duda Tepito. Este barrio, conocido por su dinamismo comercial, es la cuna de miles de comerciantes que con su ingenio han construido un mercado vibrante y resiliente. El comercio de Tepito es un ejemplo del trabajo incansable de mujeres y hombres que, con orgullo y determinación, sostienen la economía de muchas familias y contribuyen al desarrollo del país.
Las manos que trabajan en Tepito son manos mexicanas, manos que tejen sueños y que cada día desafían las adversidades con el firme compromiso de salir adelante. Aquí, el talento, la creatividad y la perseverancia son el motor que impulsa a miles de emprendedores.
El esfuerzo de las mujeres y hombres mexicanos es la verdadera riqueza del país. En cada tianguis, en cada taller, en cada negocio familiar, hay historias de lucha y superación que merecen ser contadas. Las mujeres, en particular, han sido pilar fundamental del comercio y la producción nacional. Son ellas quienes, con su organización, disciplina y entrega, han mantenido viva la tradición del comercio local, del emprendimiento y de la creatividad que nos distingue.
Los hombres y mujeres de Tepito representan el espíritu indomable de México, el que nunca se rinde, el que se reinventa y sigue adelante. Son el reflejo del verdadero valor de lo Hecho en México: la capacidad de salir adelante a pesar de cualquier obstáculo.
Apostar por lo Hecho en México es apostar por nuestra gente, por nuestras comunidades y por nuestra economía. Cada peso que invertimos en un producto mexicano es una inversión en el futuro del país. Significa apoyar a los pequeños productores, a los comerciantes locales y a las industrias que dan empleo a miles de familias.
Debemos sentirnos orgullosos de lo que aquí se produce, valorar el talento de nuestra gente y defender la calidad de lo que se crea con manos mexicanas. Desde el calzado de León, los textiles de Oaxaca y Chiapas, la artesanía de Guerreroy Michoacán, hasta la innovación en tecnología y diseño que se desarrolla en distintas partes del país. México es grande porque su gente es grande.
Lo Hecho en México es sinónimo de identidad, esfuerzo y pasión. Es el reflejo de nuestra historia, de nuestra cultura y de nuestra capacidad de crear. Como mexicanos, tenemos el compromiso de impulsar el trabajo de nuestra gente, de valorar lo que producimos y de seguir fortaleciendo nuestra economía desde lo local.
Desde Tepito hasta cada rincón del país, hay talento, hay compromiso y hay orgullo. Sigamos apoyando lo nuestro, reconociendo el valor de quienes con su esfuerzo diario hacen de México un país que sigue en pie, que sigue creando y que sigue transformándose. Porque lo Hecho en México, está bien hecho.