Claudia Bolaños
Los Panchitos, fueron una influyente pandilla juvenil originaria de las alcaldías Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Miguel Hidalgo, en el poniente de la Ciudad de México en la década de los 80 y 90.
Esa legendaria pandilla juvenil cumplió 48 años, y uno de sus integrantes, Humberto Morgan Colón, señala la lucha e importancia de ese movimiento.
“Nos trataban como naquitos inditos, eran hijos de personas que habían emigrado a la Ciudad de México”, menciona Morgan en entrevista con ContraRéplica.
Su caso fue uno de ellos, y formó parte de un movimiento que propuso luchar contra un sistema que criminalizaba a los jóvenes, especialmente a los más pobres.
Las bandas juveniles de aquel entonces, como los Panchitos, fueron estigmatizadas y llevadas a la nota roja porque el gobierno no tenía una política para atenderlos, añade el ex funcionario de Álvaro Obregón y ex diputado local.
El maltrato, las razias, la persecución sólo iba por ellos por una razón detrás de todo esto, y era sólo el que eran pobres y jóvenes.
México enfrentó graves crisis económicas durante las décadas de 1970 y 1980. En este entorno, la Ciudad de México experimentó un crecimiento demográfico significativo en zonas periféricas como Tacubaya, Observatorio, Cuajimalpa y Santa Fe, que pasaron de ser áreas rurales a ser ocupadas de manera irregular.
Grupos juveniles se organizaron para luchar contra un sistema que los oprimía, de alló surgieron pandillas juveniles que fueron una respuesta a las condiciones sociales y económicas de la época, y los Panchitos no fueron una excepción.
Sin embargo, esto no fue fácil ni gratuito. muchos jóvenes rebeldes perdieron la vida en manos de la autoridad, y sus cuerpos arrojados en diversos lugares, como ahora lo hace la delincuencia organizada.
Ese movimiento conocido como de “chavos banda” evolucionó hasta convertirse en el Consejo Popular Juvenil y después en Sesión 21.
“Logramos premios en el extranjero por nuestros programas y modelos de organización. Nuestras raíces están en la lucha de los jóvenes pobres, hijos de campesinos que vinieron a la ciudad en busca de justicia. No éramos como los estudiantes del 68, gente de clase media con influencia social. Nuestro movimiento duró una década y planteó cargos y acciones de política pública que hoy son reconocidos. Aunque no se nos reconoció como un movimiento en su momento, hoy podemos ver los espacios de respeto y reconocimiento que hemos logrado."
Actualmente, las bandas han cambiado, se han disgregado en colectivos y movimientos que defienden sus propios intereses. Pero en aquel tiempo, éramos una gran masa unida y sólida.
Humberto Morgan dice que el que los jóvenes de ahora tenga el cabello del color que quieran, tatuaje y ser entendidos, sin prejuicios, es resultado de la lucha de los diversos grupos, bandas, juveniles de hace casi 6 décadas.