Wolfgang Amadeus Mozart, el prodigioso compositor de más de 600 piezas musicales, nos lleva más allá de las notas en una vida llena de peculiaridades y conexiones inesperadas.
1. Oído Prodigioso:
Mozart, desde temprana edad, demostró un oído prodigioso. Su padre, también músico, le inculcó hábitos musicales desde pequeño. "Desde los tres años era capaz de distinguir sucesiones harmónicas del clavicordio", cuenta la historia. Más que un simple prodigio, Mozart tenía una sorprendente facilidad para aprender obras completas solo con escucharlas.
2. No era el único prodigio en casa:
En la sombra de Mozart, su hermana, Maria Anna Walburga Ignatia, apodada Nannerl, también brillaba como una destacada pianista. Aunque menos reconocida, Nannerl daba clases de piano desde los 5 años, incluso enseñó al joven Wolfgang.
3. Fobias y Síndromes:
A pesar de su genialidad, Mozart odiaba la flauta. Se especula que su fobia estaba relacionada con el hecho de que solo la tocaba por dinero. Además, su comportamiento impulsivo y malhablado puede atribuirse al síndrome de Tourette, que afecta los comportamientos compulsivos y obsesivos.
4. Beethoven fue su alumno:
La conexión musical se extiende a Ludwig van Beethoven, quien, a los 16 años, se convirtió en discípulo de Mozart. La relación entre ambos músicos marcó el camino para que Beethoven desarrollara su propio talento musical.
5. Fue masón:
A los 28 años, Mozart se unió a la francmasonería, y el número 3 adquirió un significado especial en su vida. En sus obras, como 'La Flauta Mágica', incorporó sutilmente este número en acordes, hadas, pruebas y templos, dejando un rastro masónico en su legado musical.
Foto por AFP