Daniel Montes de Oca
Nueva Zelanda registró su primer muerte por COVID-19 después de tres meses.
De acuerdo con las autoridades, se trata de un persona de 50 años de edad, que falleció en un hospital de Auckland, y su caso estaba relacionado con un foco de infección detectado el pasado 12 de agosto en una familia residente en la ciudad.
El brote dio por terminado los 102 días sin ningún nuevo caso local de COVID-19, justo en ese momento los contagios se han incrementado hasta llegar a los 152, tres de ellos reportados el día viernes.
Por ello, la primera ministra, Jacinda Ardern, señaló que la tendencia sugería que el brote en Auckland estaba contenido, pero “no se podía cantar victoria”.
Además, el lunes pasado se eliminaron las medidas de confinamiento en la ciudad decretadas el 12 de agosto, en las cuales, sus habitantes podían salir de casa, pero se mantuvieron prohibidas la reuniones de más de 10 personas, excepto en escuelas.
Además, el uso de cubrebocas es obligatorio en el transporte público en todo el país.
Hasta el momento, se desconoce el origen del foco epidémico, y de acuerdo a investigaciones no tiene relación con la cepa viral que brotó en el país a principios del 2020.
Imagen: Reuters