En la entidad mexiquense, las y los artesanos dedicados a la rama de la orfebrería y joyería resguardan la herencia familiar, secretos, tenacidad y creatividad; además, saben cincelar, estampar, repujar, martillar y elaborar artículos en la técnica de filigrana, mostrando su idiosincrasia y su religiosa exuberancia.
Se trata de una de las ramas artesanales en la que sus productos tienen connotaciones ceremoniales o de unión, por lo que, en ocasiones, tienen un uso que va más allá de lo decorativo.
De acuerdo con el Padrón Estatal de Artesanas y Artesanos del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), se tiene un registro de 591 especialistas en la rama de orfebrería y joyería, de los cuales 312 son mujeres y 279 hombres.
De ellos, destacan los productores originarios de San Felipe del Progreso, quienes sobresalen por el uso de su iconografía tradicional y por las arraigadas costumbres que buscan preservar.
En este contexto, el maestro artesano José Constancio García Cruz, comentó que “la diferencia entre orfebrería y joyería está en que la orfebrería debe ser considerada como una disciplina artística distinta a la joyería, puesto que esta última refiere a una técnica cuyo objetivo ha sido la ostentación y elaboración compleja sobre materia prima como el oro o la plata, mientras que la orfebrería, transforma la materia prima en cualquier objeto para diferentes usos”.
Cabe destacar que el maestro artesano ha tenido la oportunidad de representar al Estado de México en exposiciones realizadas en Estados Unidos; estas experiencias han sido significativas para él, ya que ha tenido la oportunidad de mostrar su trabajo y compartir la riqueza cultural de su estado con personas de diferentes países y culturas.
Las piezas artesanales más representativas del maestro Constancio son sus árboles de la vida, como el que elaboró en plata para un visitante extranjero, que así se lo pidió.
Estas obras se consideran representativas de su trabajo y de su estilo distintivo, y se encuentran en diferentes colecciones privadas y exposiciones.
La joyería atiende a una moda de cierta época; sin embargo, las arracadas, collares con plata y diseños mazahuas han sobresalido por permanecer dentro del gusto de las personas por su estilo tradicional y la protección a la iconografía de la región.
Mientras que la orfebrería también conserva rasgos de épocas anteriores y sigue cobrando auge entre diferentes públicos, por el empleo de diseños con una carga artística y simbólica de estilo barroco y churrigueresco.