Preocupa a Barbosa la reactivación automotriz 

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El gobernador Luis Miguel Barbosa lanzó el mensaje: la reactivación de los sectores automotriz y de la construcción ocurrirá en el peor momento de la cadena de contagios, por lo que “nadie sabe” cuáles serán las consecuencias que traerá esa decisión.

Lo que sí se sabe es que en otros países la gravedad se tradujo en una situación sanitaria incontrolable y todo lo que eso significa: más casos positivos, más hospitalizados, más pacientes graves, insuficiencia hospitalaria, más decesos, más tiempo de confinamiento, menor reactivación y lo que se sume.

Y aunque las autoridades sanitarias federales anunciaron con bombo y platillo la Nueva Normalidad, ésta ya comenzó a generar sus estragos en Puebla.

“Debo decirlo, está desbordada la conducta social derivada del anuncio de la puesta en marcha de las actividades de la industria automotriz y de la industria de la construcción; eso desbordó el comportamiento social general, todos ya tomaron una posición de irse afuera, tomar condiciones de la Nueva Normalidad. Lo estamos viendo todos los días y nos preocupa mucho”, expuso el mandatario.

Por eso, lanzó un exhorto a las autoridades federales, sobre todo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para que asuman una posición al respecto y posterguen el regreso a las actividades.

Y para que su posición no sea malinterpretada, el mandatario estatal advirtió que oponerse a la reactivación para el 1 de junio no se trata de un desafío a ninguna autoridad. Sin embargo, la respuesta del gabinete federal quedó de manifiesto en una reunión virtual que sostuvo con varios secretarios de Estado, en donde expuso la gravedad del tema: “Nadie me respondió”.

LA PREOCUPACIÓN

¿En qué se basa la preocupación del gobernador sobre esta reactivación económica en Puebla?

En que uno de cada cinco empleos en Puebla depende del sector automotriz, lo que equivale al 25 por ciento del PIB estatal. Pero al ser un área estructurada en cadenas de producción obliga a la puesta en marcha de muchas otros sectores que, en conjunto, concentran el 60 por ciento del PIB local, es decir, prácticamente toda la economía y sus derivados romperán con el confinamiento y se volcarán a la calle.

Un peso gastado por los trabajadores de esta industria termina por impactar a, mínimo, otros dos sectores: el comercial y el de servicios, según los especialistas.

La preocupación, pues, termina por confirmar la vieja frase popular: Si a la Volkswagen le da catarro, a Puebla le da pulmonía.

Hoy la frase no podía reflejar el peor humor negro que pudiera existir.

Esta no es la primera vez que Miguel Barbosa advierte su preocupación por el riesgo del regreso a la Nueva Normalidad el 1 de junio, pero esta vez no dejó cabos sueltos.

Acompañado por su equipo de trabajo más cercano, comenzó su habitual conferencia matutina con una frase demoledora: “Es un mal día”.

La razón se encontraba en que el reporte de 123 nuevos casos positivos de Covid-19 (aunque algunos de ellos son reportes extemporáneos) y la innegable realidad: “El contagio está en su máxima expresión. Los hechos de esta pandemia están presentes”. Y a eso se suma el desbordamiento social por el anuncio de la Nueva Normalidad decretada por el gobierno federal.

El dato duro confirma la preocupación del mandatario. Del 13 de mayo a la fecha, la entidad reportó el pico de contagios más alto en toda la cuarentena: el 16 de mayo con 80 casos positivos; mientras que los decesos, el fin de semana, sumaron 20, pero un par de días después se reportaron 18.

La Volkswagen, indicó Barbosa Huerta, inició cursos de capacitación, el lunes 25 de mayo arrancará un turno y el 1 de junio los tres horarios laborales. “Todo se va a desbordar en el peor momento de la pandemia en nuestro estado”, alertó.

“Ayer, en una video conferencia fije la posición que he dicho públicamente, yo no la oculto, soy respetuoso de las recomendaciones federales, soy alguien alineado a la estrategia nacional, a las políticas públicas del presidente López Obrador, pero en esta materia tengo que actuar con un sentido de responsabilidad de la salud y vida de los poblanos”.

Y aunque no lo dijo textualmente, deslizó que el anuncio de la Nueva Normalidad prácticamente le amarrará las manos de los gobiernos estatales.

“¿Qué va a pasar cuando nos dicen que los gobiernos estatales seremos los que podremos restringir actividades una vez que termine la Jornada Nacional de la Sana Distancia? ¿Creen que las grandes empresas automotrices van a impedir sus actividades por una recomendación o una orden de autoridad del gobierno del estado? No”.

El comportamiento social que se registra a partir del anuncio de la autoridad federal, puntualizó, es muy grave, se desbordó y los contagios “van a subir mucho”.

“Soy de los que he dicho que para Puebla si nos mantuviéramos en un comportamiento social como el que habíamos conseguido, sería a finales de junio cuando veríamos la bajada de la curva, empezar el achatamiento de la curva, pero desafortunadamente la preocupación es que toda esta movilidad que se va a generar, primero anula todas las previsiones y después generará un enorme contagio que no podemos predecir”.

Y para cerrar el funesto escenario, remató: “No soy pesimista, soy más bien un sobreviviente, ahorita no me toca luchar por una creencia personal sino defender lo que estoy viendo como realidad. Puebla no tiene condiciones para que la Nueva Normalidad o el regreso de la actividad de la principal industria de su sociedad en esta zona metropolitana regrese”.

Las palabras del mandatario, sin querer, han sido refrendadas por el subsecretario Hugo López-Gatell. En una nota del diario Milenio, el funcionario aclaró que “se le llama nueva normalidad porque mientras existan casos de Covid-19 en el país, hay riesgo de que se presente un nuevo brote de la enfermedad.

“Una forma en la que se puede dar un rebrote del coronavirus, dijo, es a través de la liberación de la actividad pública, lo que podría ocasionar que el número de contagios volviera a incrementar”.