Un Boeing 737-800 de la aerolínea japonesa All Nippon Airways (ANA) tuvo que retornar a su aeropuerto de origen después de detectarse una grieta en una ventanilla.
El vuelo 1182 de ANA, con 59 pasajeros y seis tripulantes a bordo, despegó del aeropuerto de Shin Chitose con destino a Toyama. Sin embargo, aproximadamente media hora después de despegar, se descubrió la grieta en la ventanilla, lo que llevó a la aeronave a dar media vuelta. Afortunadamente, no se reportaron heridos, y la aerolínea reemplazó la ventanilla dañada.
Aunque la variante afectada, la 737-800, difiere de la 737-MAX 9, la situación genera inquietudes adicionales para Boeing, que ya enfrenta desafíos relacionados con la seguridad. La semana pasada, un avión de Alaska Airlines, un 737-MAX 9, experimentó la ruptura de un panel en vuelo, lo que llevó a la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE.UU. a emitir una orden de inmovilización para ese modelo.
Aunque el incidente en el vuelo de Alaska Airlines no fue tan grave como los anteriores que llevaron a la paralización de todas las variantes MAX en 2019, las preocupaciones persisten. Las aerolíneas que operan el MAX-9 han admitido encontrar piezas sueltas en los paneles, lo que agrega presión a Boeing en términos de seguridad y confianza en sus aeronaves.
Foto por AFP