Real de Otzumatlán es un poblado pequeño con un poco más de 200 habitantes, se ubica a unos 50 minutos de la capital michoacana, en el municipio de Queréndaro. Este lugar, enclavado en verdes paisajes cuenta con una gran riqueza natural y arquitectónica, además cuenta aún con vestigios donde se aprecia el pasado minero del pueblo.
Si se visita Real de Otzumatlán lo primero que salta a la vista es su Templo de San Agustín, elaborado de piedra y con una visible influencia colonial, el lugar tiene una gran torre que es la que resalta a lo lejos, además de una hermosa cruz de piedra en la entrada. El “Chacuaco” es una mola de adobe gigante hecha de cantera y piedra, y es fiel testigo del pasado minero del lugar pues forma parte de los restos de la fundidora. En contraste también podrán encontrarse algunas cascadas, montañas y cuevas. Incluso en algunas zonas puedan practicarse actividades ecoturísticas, como senderismo o ciclismo de montaña.
Los inicios de esta localidad se remontan a la época colonial, tiempo en el que la minería estaba en su máximo apogeo y era la principal actividad de los habitantes de Real de Otzumatlán, de sus minas extraían oro y plata. La tradición mezcalera proviene precisamente de los mineros, quienes para mitigar el cansancio bebían un sorbo de mezcal de vez en cuando. Al pasar del tiempo la minería se terminó pero se conservó la elaboración artesanal del mezcal que hasta hoy en día puede disfrutarse.