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Repartidores de comida, los otros héroes de la pandemia

Repartidores de comida, los otros héroes de la pandemia

Nación viernes 15 de mayo de 2020 -

Por Luis Carlos Rodríguez
nacion@contrareplica.mx
Alrededor de un millón de repartidores de comida, lo mismo como socios de aplicaciones que trabajando de forma independiente para pequeñas tiendas, restaurantes y negocios de comida familiar que han surgido por el desempleo, son los otros héroes de la pandemia, ya que su labor ha permitido que millones en México se queden en casa sin riesgo al contagio del Covid-19.
Con edades que van de los 18 a los 80 años de edad, un porcentaje importante de mujeres, de estudiantes, de jubilados e incluso amas de casa, lo mismo en motocicleta, bicicleta, en patín del diablo, a pie e incluso a caballo, este sector trabaja en medio de la crisis sanitaria sin seguro social, médico, comprando sus propios cubre bocas y gel, desafiando y sorteando al virus por las calles de todo el país.
Saúl Gómez, coordinador de la organización #NiUnRepartidorMenos, dijo a ContraRéplica que, a raíz de la pandemia, aumentó el número de repartidores en el país, derivado de que cientos de miles de personas se quedaron sin empleo y encontraron en esta actividad una forma de sobrevivir, pero lamentablemente son un sector sin prestaciones, seguridad social, ni seguro médico o de vida, ya que son catalogados por las empresas de app como “socios o usuarios asalariados”.
Expuso que un repartidor en promedio gana 300 pesos hasta mil pesos. Pero ello varía de las horas que le dedican a trabajar, pero de ahí se descuenta gasolina y mantenimiento de la moto o bicicleta.
“No somos considerados como empleados por parte de las aplicaciones. No tenemos ningún tipo de prestaciones”, dijo Saúl quien es repartidor desde hace tres años y apuntó que, si bien no hay censo o estudio por parte del Inegi respecto al número de trabajadores en este sector, los diversos colectivos y organizaciones estiman que hay alrededor de un millón en el país.
“Nos estamos arriesgando por todos. Hay muchos compañeros que sí hacen caso y tienen medidas de sanidad básicas como cubre bocas y gel antibacterial, pero hay otros que se resisten a ello. Afortunadamente no sabemos de ningún caso de algún repartidor que se haya contagiado por Covid-19 en la Ciudad de México. Nosotros llevamos un protocolo de desinfección de mochilas y pedimos a la gente que ellos mismo salgan y toman la comida de las mochilas”.
Reconoció que en estos días de la pandemia hay bastante empatía, solidaridad en la gente. “Hay casos en que piden comida y nos llaman para decirnos que la pizza, los tacos, el pollo o las hamburguesas son para nosotros y nos dan las gracias por nuestra importante labor en medio de la pandemia”.
“Sin Delantal es de las empresas que más nos apoyan. Fueron los primeros que nos empezaron a repartir kits de protección con cubre bocas y gel antibacterial”, apuntó y agregó que el Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas les regaló galones con gel y están trabajando con organizaciones como Nosotrox y Vitamina para llevar alimentos a familiares de enfermos con Covid en hospitales, trabajadores de limpia y personas en situación de calle.
Jehu Ramírez es estilista, salvadoreño y ahora repartidor en Rappi. La estética donde trabajaba cerró hace dos meses. Con sus ahorros compró una moto y ahora trabaja unas horas al día para mantenerse. Además, para poder trabajar tiene que pagar la mochila —unos 600 pesos— por pertenecer a las apps como Rappi, Sin Delantal y Uber Eats, entre otras.
“La gente está como apoyando más en estos días, están dando propinas, veo más ganancias. Creo que la gente reconoce nuestro trabajo. Yo tengo todas las precauciones, cubre bocas, gel, sana distancia”.
Gabriel Cuevas era mesero en una fonda La Barra, en la colonia Narvarte. Con la cuarentena cerró desde marzo. Encontró trabajo como repartidor en una tienda. “Aquí no me pagan, yo compre mi diablito para cargar los garrafones. Casi es pura gente grande, viejitos que no salen por miedo a contagiarse son mis clientes. Me dan propinas de 5, 10 o hasta 20 pesos. Me ha ido bien”.
Mauricio, de 18 años, repartidor de app, hace unos días le tocó llevar siete cajas de viagra en un apartamento en la colonia Condesa. “En estos días no ha tocado ver que hay una gran demanda en los pedidos de este tipo de medicamentos, pero también hay una gran demanda de condones”, concluyó.


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JG/CR

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