Sitian la capital oaxaqueña

Carolina Espina

Este lunes, Oaxaca amaneció en la indefensión total. “Bola de infelices, váyanse a su pueblo a bloquear y déjenos en paz”, gritaba asustada mientras una docena de hombres con palos y piedras golpeaban su auto, obligándola a echarse de reversa. El parabrisas, una de sus ventanas y parte del cofre resultaron dañados, ante la cerrazón de quienes este lunes, de manera violenta, bloquearon diversas calles de la capital oaxaqueña.

Primero fueron los normalistas quienes desde temprana hora retuvieron camiones de servicio público para cerrar importantes cruceros de la ciudad de Oaxaca, exigiendo atención a sus demandas, entre las que se encuentran la contratación inmediata de los egresados de las escuelas normales del estado, sin la realización de exámenes, ni el cumplimento de los requisitos que establece la Secretaría de Educación Pública (SEP).

La molestia y el hartazgo de la ciudadanía no se hizo esperar, ya que el caos vial se intensificó en las primeras horas de la mañana. Mientras, las autoridades competentes sólo se limitaron a emitir un comunicado donde se establecía que, los trabajos de contratación de los normalistas se realizaban en coordinación con su sindicato.

Lo peor estaba por venir. Decenas de habitantes que integran la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur, arribaron a la capital también a poner en jaque lo que ya estaba de cabeza. Armados con palos, piedras, machetes y resorteras, bloquearon el crucero que da acceso al Aeropuerto de la ciudad, así como entronques que estaban libres de normalistas.

Agresivos, arribaron a los complejos Ciudad Administrativa y Ciudad Judicial, donde rompieron vidrios, arremetieron contra automóviles que se encontraban en el estacionamiento, lanzaron piedras y amenazaron a los trabajadores, quienes tuvieron que refugiarse en baños y oficinas. A los oficiales de seguridad, los amarraron en el mismo lugar donde desempeñan sus funciones administrativas.

Reporteros de diversos medios de comunicación también fueron agredidos por los inconformes, quienes exigían al gobierno estatal, presupuesto para proyectos de salud, infraestructura carretera y reparación de escuelas en las comunidades que integran su unión.

Pese a los daños materiales, a la ciudadanía y al estado en general, las autoridades de Gobierno, encabezadas por el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, solo se limitaron a hacer un “llamado al diálogo” para que se buscará una solución a sus demandas, mientras la ciudadanía exigía la intervención de los cuerpos de seguridad, ante la violencia excesiva de los manifestantes.