Ante un panorama de creciente tensión global, Suecia y Finlandia han tomado medidas para fortalecer la preparación de sus ciudadanos frente a posibles crisis y conflictos bélicos. Ambos países, que recientemente dejaron atrás su política de no alineamiento militar para unirse a la OTAN tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, están intensificando sus estrategias de resiliencia nacional.
Suecia comenzó esta semana a distribuir más de 5 millones de panfletos a los hogares de sus ciudadanos, en los cuales se enfatiza la importancia de estar listos para enfrentar situaciones de crisis y, eventualmente, una guerra.
El folleto, elaborado por la Agencia de Contingencias Civiles (MSB, por sus siglas en sueco), tiene 32 páginas ilustradas que abordan amenazas como conflictos armados, catástrofes naturales, ataques cibernéticos y actos terroristas. También incluye recomendaciones prácticas, como almacenar alimentos no perecederos y agua potable.
“La situación de seguridad es grave, y todos necesitamos fortalecer nuestra resiliencia para enfrentar diversas crisis y, en última instancia, la guerra”, señaló Mikael Frisell, director de MSB, en un comunicado oficial.
La versión actualizada de este documento pone un énfasis especial en la preparación para posibles escenarios de guerra. Además de la distribución física, está disponible en formato digital y en varios idiomas para garantizar su acceso a toda la población.
Mientras tanto, Finlandia, país que comparte una extensa frontera de 1,340 kilómetros con Rusia, ha lanzado un sitio web destinado a guiar a sus ciudadanos en la preparación para diferentes tipos de crisis.
El portal ofrece consejos detallados sobre cómo enfrentar emergencias, desde desastres naturales hasta conflictos armados, y busca ser una herramienta clave en el esfuerzo por mejorar la capacidad de respuesta de la población ante escenarios adversos.
La decisión de Suecia y Finlandia de reforzar estas medidas se enmarca en su reciente incorporación a la OTAN, una medida tomada en respuesta a la invasión rusa de Ucrania en 2022. Ambos países, históricamente no alineados, consideran crucial preparar a sus ciudadanos para las amenazas contemporáneas en un entorno de seguridad cada vez más complejo.