Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, avanza con su promesa de intensificar la deportación de inmigrantes indocumentados. Entre sus planes figura la creación de grandes centros de detención destinados a albergar a migrantes antes de ser expulsados del país. Según fuentes citadas por medios como CNN y "Diario Libre", esta propuesta contempla la construcción de instalaciones masivas en lugares estratégicos, probablemente cerca de la frontera con México.
Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump, señaló que las Fuerzas Armadas podrían ser desplegadas para reforzar las deportaciones, incluyendo el retorno inmediato de migrantes al interior de México. Trump mencionó como ejemplo la controvertida "Operación Wetback" de 1954, implementada durante la administración de Dwight D. Eisenhower, que resultó en la deportación de más de un millón de personas, principalmente mexicanos. Historiadores han descrito esta operación como brutal, pues algunos deportados fueron transportados en condiciones inhumanas y otros abandonados en zonas desérticas.
Para financiar este ambicioso plan, el equipo de Trump evalúa redirigir fondos de agencias federales o declarar una emergencia nacional para acceder a recursos del Pentágono, una estrategia que ya utilizó durante su administración previa. Sin embargo, estas medidas podrían enfrentar retos legales significativos, como ocurrió con algunas políticas anteriores relacionadas con inmigración.
Además, Trump no ha descartado volver a implementar la separación de familias migrantes en la frontera. Durante su mandato previo, esta política afectó a más de 4,000 niños, según datos del Departamento de Seguridad Nacional. Aunque la administración de Joe Biden ha trabajado para reunir a muchas de estas familias, la campaña del actual presidente ha calificado los planes de Trump como "racistas y antiestadounidenses", advirtiendo sobre su impacto social y humanitario.
Los críticos destacan que, aunque Trump promete deportaciones masivas, las cifras de su mandato anterior (1.5 millones de deportados) fueron menores a las de Barack Obama en sus dos periodos presidenciales, lo que cuestiona la viabilidad de estas iniciativas en términos logísticos y legales.
Foto por AFP