UNAM: Ssa deja fuera a indígenas de estadísticas

luis.rodriguez@contrareplica.mx

En México a pesar de que ya existen reportes de contagios y fallecimientos por Covid-19 en pueblos originarios, en comunidades indígenas, en grupos de jornaleros y migrantes, esos casos no aparecen en las estadísticas diarias que emite la Secretaría de Salud y en el recuento de más de 22 mil muertes, destacó un estudio de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“Tampoco vemos todavía un análisis por nivel socioeconómico o nivel de estudio” de los contagiados y fallecidos por Covid-19. “Esperemos que estos datos aparezcan pronto porque es información que todos los hospitales del Sistema de Salud recaban”.

En el Boletín sobre Covid-19 Salud Pública y Epidemiología añaden que lo más cercano a clase social que encontramos es la explicación de las autoridades federales de salud de que hay población que por su nivel de pobreza y de empleo, no puede permanecer indefinidamente en aislamiento.

“La población mexicana tiene grandes desigualdades e injusticias derivados de los determinantes a la salud a los que están expuestos, esto entre otras cosas ha generado graves problemas de salud pública aún antes de la llegada de la pandemia por Covid-19”.

Expone que esta situación son factores de vulnerabilidad y contagio para algunas comunidades en la actual pandemia, que incluyen la falta de conocimientos y las destrezas requeridas para protegerse a sí mismo y a los demás; las deficiencias en la accesibilidad, la calidad y la cobertura de los servicios.

Al respecto, Jorge Baruch, médico responsable de la Clínica del Viajero de la UNAM, dijo a ContraRéplica que las determinantes sociales de los infectados y fallecidos por Covid-19 no se están visibilizando en México ni en el mundo. Problema grave y que en el país se agrava por las condiciones de pobreza en las que se encuentra, lamentó.

“No se están visibilizando los grupos vulnerables, ni se están atendiendo aquellas determinantes sociales que inciden en la vulnerabilidad de las poblaciones para el acceso a los servicios de salud, para asegurar una buena cobertura social y médica”.

Señaló que los medios de comunicación no están visibilizando el problema y alertó que muchas de las poblaciones vulnerables son las que más fácilmente pueden perder sus ingresos si no trabajan, por lo que tiene un mayor riesgo de contagio y fallecimientos.

“El hacinamiento es un problema muy importante para grupos vulnerables porque ello aumenta la desigualdad social y problemas como el contagio del Covid-19, como es el caso de zonas de Iztapalapa o otras colonias populares; sumado al nulo acceso a redes de agua potable y México tiene un grave problema en este tema”, agregó.

Jorge Baruch advirtió que a todo ello se suma la discriminación en la atención médica a sectores como los migrantes, tanto los que vienen de Centroamérica, como los jornaleros mexicanos que viajan de estados como Guerrero o Oaxaca hacia el norte del país, los deportados de Estados Unidos o simplemente las comunidades indígenas del país, que no tienen acceso a programas sociales y de salud.

El médico e investigador de la Universidad La Salle, Adán Navarro, expuso que uno “de los sectores con mayores fallecimientos son el personal del sector Salud, lo mismo médicos, enfermeras, camilleros, entre otros. Creo que son entre el 10 y 15 por ciento de las víctimas del Covid en México. No se por qué no lo han dicho y por ello se han hecho protestas por la falta de equipos de protección”.

Dijo que otro sector de fallecidos son las personas que laboran en crematorios, funerarias, panteones.

“Un tercer grupo importante son las que se dedican al comercio informal en las calles, los que trabajan en mercados, tianguis y en la Central de Abastos.

“Las muertes en México han sido más de jóvenes que de ancianos, a diferencia de otros países, porque hay una noción de que no les pasará nada, que dicen que el Covid no existe”, apuntó.

Dijo que es penoso que las autoridades de los tres niveles de gobierno no se pongan de acuerdo en cuestiones tan básicas como el uso de cubrebocas, las medidas de sanidad, los semáforos epidemiológicos, los mensajes. “La población no sabe a quién creerles y ese un riesgo a su salud y a su vida”, concluyó.