Yucatán analiza adelantar su huso horario una hora, siguiendo el ejemplo de Cancún, con el objetivo de alinearse permanentemente con la zona sureste (UTC–5), como parte de una propuesta nacida desde el ámbito energético local, y no como una política federal, como ocurrió en el pasado.
La propuesta busca dejar atrás el horario actual (UTC–6) para adoptar el mismo de Quintana Roo, vigente desde 2015. Con ello, se pretende unificar horarios entre ambos estados, facilitando actividades económicas, logísticas y turísticas compartidas.
A diferencia de Quintana Roo, que cambió su horario por razones turísticas, en Yucatán la propuesta tiene fundamentos técnicos. Fue la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien presentó la idea para aprovechar mejor la generación de energía solar en horas vespertinas.
Pablo Gamboa Miner, titular de la Agencia de Energía de Yucatán, explicó que el nuevo horario permitiría extender la producción de los parques solares hasta después de las 19:30 horas, lo que redundaría en un mejor aprovechamiento de los recursos fotovoltaicos del estado.
Para llevar a cabo esta modificación, el Congreso local debe aprobar primero una iniciativa, y posteriormente la Secretaría de Energía y la Secretaría de Gobernación evaluarían su factibilidad para emitir el decreto correspondiente.
Este posible cambio de horario ocurre mientras Yucatán enfrenta un serio déficit energético. Aunque se han destinado más de 2,200 millones de dólares en centrales como Mérida IV y Valladolid IV, estas siguen sin operar por falta de gasoductos que las abastezcan.
Como resultado, el estado experimenta una crisis energética constante. La capacidad instalada en la Península de Yucatán es de 1,837 megavatios, pero la demanda supera los 3,500 megavatios, impulsada por el crecimiento urbano, industrial y turístico, según el Plan de Confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional.
La CFE ha advertido que, si los proyectos de infraestructura energética no se concretan, serán inevitables los cortes programados de luz para evitar colapsos en el sistema eléctrico.
En ese contexto, el gobernador Joaquín Díaz Mena se reunió recientemente con la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, para analizar los proyectos estratégicos en curso. Durante el encuentro, también participaron altos mandos de la CFE.
Entre los temas discutidos estuvieron la transición hacia energías limpias, el fortalecimiento de la red eléctrica y las inversiones necesarias para asegurar cobertura energética, reducir costos y avanzar en la sustentabilidad regional.
La Secretaría de Energía destacó que Yucatán es una prioridad nacional en materia energética, no solo por su demanda creciente, sino por su potencial en fuentes renovables como la solar y la eólica. Actualmente, se desarrollan más de 1,200 MW en nuevos proyectos sustentables en la región.
Aunque la propuesta de cambiar el huso horario aún no ha sido presentada oficialmente como iniciativa legislativa, se perfila como una solución de bajo costo y gran impacto para aliviar la presión sobre la red eléctrica y mejorar la eficiencia energética.
Esta idea ha circulado por más de una década entre diversos sectores económicos de Yucatán, en especial aquellos relacionados con el turismo y el comercio nocturno, pero nunca había contado con un respaldo técnico tan sólido como ahora.
Una sincronización horaria con Quintana Roo facilitaría rutas turísticas, operaciones logísticas, entregas comerciales, visitas a zonas arqueológicas compartidas y la coordinación de horarios del Tren Maya, beneficiando también a aerolíneas y operadores turísticos.
El precedente más cercano es el de Quintana Roo, que en 2015 modificó su huso horario para ofrecer a los visitantes una hora extra de luz diurna, decisión que generó ajustes iniciales, pero posicionó a Cancún y la Riviera Maya con una ventaja competitiva en la región.
Cuando el gobierno federal eliminó el Horario de Verano en 2022, lo hizo con el argumento de que sus beneficios económicos eran mínimos y que afectaba la salud de la población. Hoy, Yucatán retoma el tema con una perspectiva distinta: eficiencia energética y adaptación al cambio climático.
Más allá del reloj, el verdadero reto es resolver un problema estructural: garantizar un suministro de energía suficiente, limpia y confiable para una región que crece rápidamente y cuya viabilidad depende de no colapsar por falta de infraestructura eléctrica adecuada.
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