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“El poder judicial debe acercarse a la ciudadanía”: Fernando Jiménez Olivares, candidato a juez penal por Cuauhtémoc y GAM

“El poder judicial debe acercarse a la ciudadanía”: Fernando Jiménez Olivares, candidato a juez penal por Cuauhtémoc y GAM

Nación domingo 25 de mayo de 2025 -

Por Jenyffer Martínez

Fernando Jiménez Olivares, abogado, activista y defensor de derechos humanos, busca convertirse en juez penal del Poder Judicial de la Ciudad de México por las alcaldías Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. Su candidatura, con el número 29 en las boletas del próximo 1 de junio, surge de una convicción: transformar desde dentro un sistema judicial que, asegura, ha sido históricamente indiferente con las personas más vulnerables.

En entrevista con ContraRéplica, Jiménez Olivares afirmó que no viene del poder, sino del territorio. “Soy un ciudadano común que ha vivido en carne propia la ineficacia del sistema. Lo he visto como abogado, como defensor y como vecino. Esa experiencia me obliga a intentar cambiar las cosas desde adentro”, sostuvo.

Originario de la colonia Guerrero, en el corazón de la alcaldía Cuauhtémoc, Jiménez ha caminado durante meses las calles de colonias como Valle Gómez, Morelos, Cuautepec, La Pastora, Martín Carrera y San Felipe de Jesús, escuchando a comerciantes, amas de casa, trabajadores del transporte y jóvenes. Lo que ha encontrado, dice, es una narrativa repetida: miedo, desconfianza y abandono por parte del sistema judicial.

“Hay un sentimiento de indefensión brutal. Las personas no denuncian porque saben que no va a pasar nada. O peor aún, que pueden terminar siendo revictimizadas o criminalizadas por el propio sistema”, señaló. Uno de los casos que más lo marcaron durante su campaña fue el de un locatario de GAM, extorsionado por un grupo tras solicitar un préstamo “gota a gota” de 50 mil pesos. Aunque ya ha pagado más de 200 mil, continúa siendo amenazado. El hombre denunció, presentó pruebas, pero no recibió ninguna medida de protección. “Ni siquiera por denunciar pudo cambiar su situación”.

Estas experiencias lo han llevado a construir una agenda centrada en la dignidad, la empatía y la participación ciudadana. “Los reclusorios están llenos de inocentes y de pobres. La justicia hoy es un privilegio” sentenció.

Una de sus principales propuestas es fortalecer los mecanismos alternativos de resolución de conflictos, como la mediación y la conciliación. Pero con un enfoque distinto: que el juez tenga un rol activo en estos procesos. “Hoy la mediación a veces se usa para ocultar la revictimización o para evadir la acción penal. Debemos reorientarla para que realmente resuelva conflictos, sin impunidad ni simulación. Si el juez está presente, la ciudadanía siente respaldo”, explicó.

Jiménez también propuso crear observatorios ciudadanos judiciales, formados por organizaciones civiles y expertos en derechos humanos, que puedan revisar de manera periódica el trabajo de jueces y juezas. “La ciudadanía debe tener derecho a juzgar a los jueces, no solo los órganos internos. Queremos que el Poder Judicial deje de ser un club cerrado y empiece a rendir cuentas”, afirmó.

Durante su recorrido por las colonias, ha sido común que le pregunten: “¿Y usted de parte de quién viene?”, una expresión que refleja la desconfianza hacia las instituciones. Su respuesta ha sido siempre la misma: “Vengo de parte de las víctimas, de quienes no tienen voz, de quienes no han sido escuchados”. Su campaña, en palabras propias, ha sido un ejercicio de pedagogía cívica. Ha organizado asambleas, conversatorios y talleres comunitarios sobre cómo funciona el sistema judicial, cómo denunciar, y cómo exigir justicia. “La gente no sabe qué hace un juez, porque nunca ha tenido acceso directo a uno. Nosotros queremos cambiar eso”, aseguró.

En cuanto al funcionamiento interno del sistema, cuestiona el uso indiscriminado de la prisión preventiva oficiosa, medida que, afirma, ha dejado de ser excepcional para convertirse en norma. “Hoy se encarcela antes de investigar. Se encierra para castigar antes de saber si hubo delito. Eso es profundamente injusto y contrario al principio de presunción de inocencia”, sostuvo.

Para contrarrestar esta tendencia, plantea fortalecer la formación de jueces a través de la Escuela Judicial, en colaboración con organismos como la Comisión Nacional y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. “No se trata solo de saber derecho, sino de tener sensibilidad, de conocer las realidades sociales y juzgar con perspectiva de derechos y de género”, explicó.

Además, ha impulsado una campaña en redes sociales bajo el lema “#JusticiaDeVerdad”, con el objetivo de visibilizar historias reales de personas que han sufrido las fallas del sistema. A través de videos y testimonios, su equipo ha documentado casos de impunidad, corrupción, violencia institucional y falta de atención por parte del Poder Judicial.

En sus recorridos, también ha dialogado con policías, agentes del Ministerio Público y abogados litigantes. Asegura que muchos de ellos comparten su diagnóstico: un sistema colapsado por la burocracia, la sobrecarga de trabajo y la falta de recursos humanos con verdadera vocación de servicio. “Hay mucha gente honesta dentro del sistema, pero están rebasados. Hay que darles herramientas, condiciones y formación constante”, añadió.

Fernando Jiménez Olivares no promete soluciones mágicas ni justicia total en seis años, pero sí un cambio de paradigma. “El Poder Judicial debe dejar de ser un semidiós y empezar a verse en el espejo de la gente. No estamos para juzgar desde el pedestal, sino para escuchar, acompañar y resolver con ética y sensibilidad. Eso es lo que me comprometo a hacer”.

Este proceso electoral, en el que por primera vez se elegirá por voto popular a jueces, magistrados y consejeros, representa un hecho inédito en la historia democrática de la Ciudad de México. En esta etapa, se renovará únicamente el 30 % del Poder Judicial local, y será hasta 2027 cuando se someterá a elección el 70 % restante. Para Jiménez Olivares, esto no es una limitación, sino una oportunidad: “Lo que logremos ahora puede sentar un precedente. Si damos resultados, si la ciudadanía ve un cambio real, en tres años podríamos estar ante una transformación completa del sistema”.

Las elecciones del 1 de junio, en las que por primera vez se elegirán por voto directo a jueces, magistrados y consejeros del Poder Judicial local, representan una oportunidad histórica para la transformación de la justicia en la Ciudad de México. Jiménez Olivares apuesta por hacer de ese proceso un punto de inflexión. “Ya no podemos seguir igual. Si la justicia no se transforma, todo lo demás se derrumba”, concluyó.

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JM/CR

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