Columnas
A raíz de la primera crisis petrolera que inició el 16 de octubre de 1973, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió no enviar más petróleo a los países que apoyaron a Israel (Canadá, Japón, Países Bajos, Estados Unidos de América y Reino Unido) en la guerra de Yom Kipur entre Israel y Egipto. Entre las acciones urgentes que tomaron los estados Unidos de América fueron la de sustituir aquéllos 3.0 millones de barriles diarios de petróleo que les vendían los países petroleros de oriente por petróleo de México y Venezuela y la más importante: crear una nueva estrategia (hasta ese momento desconocida) deahorro de energía a través de la eficiencia energética.
Cuando cursé mi carrera de ingeniería química industrial en el Instituto Politécnico Nacional en la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas de 1971 a 1975, nunca nos enseñaron el ahorro de energía. Era una idea de vanguardia. Conocí al experto en ahorro de energía Arturo López Villarreal, ingeniero químico en el año 2005 en Celaya, Gto. y fue cuando me capacité en este tema tan relevante e indispensable en estos momentos cruciales para la humanidad. Es un instrumento no solo para reducir emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) para ayudar a disminuir el calentamiento global sino también como una metodología que ayuda a todas las actividades económicas a mejorar la rentabilidad y control de costos, con la consecuente mejoría competitiva en este mercado global.
Los componentes mas importantes de esta estrategia son la medición del consumo energético en tiempo real, a través de la instalación de medidores propios tanto para la energía eléctrica como de los combustibles fósiles (combustóleo, diésel, gas natural y gas L.P.) para confrontarlos con las mediciones de los proveedores. Sobre todo en el caso del gas natural, que tiene una variación de su concentración hasta del 4.0 % y en el caso del gas licuado del petróleo (L.P.) la presión y la temperatura a la que se recibe son definitorios en el volumen y por consecuencia en el peso. Control de demanda (los picos de consumo de energía eléctrica que quedan registrados en el medidor que instala la CFE que todavía fabrica IUSA). Análisis de los procesos. Control de Calidad (Lean Six Sigma). Disminución de residuos. Y por último el uso de equipos modernos con menor consumo energético.
*Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático
www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores