Columnas
El caos, el desorden y la incertidumbre que busca crear Trump con muchas de sus declaraciones incendiarias, son los terrenos donde se ha movido y parece querer seguir moviéndose, sobre todo, porque los resultados inmediatos de esta crisis generada que aparentemente le favorecen.
A partir de ahí, podemos entender el revuelo económico-financiero mundialmente generado por los recientes anuncios arancelarios del político empresario.
Los resultados obtenidos con China parecen estar actuando ya en su contra, sólo es cuestión de detenerse un momento en las redes sociales en donde empresarios, trabajadores, inversionistas del país asiático, han posteado una gran cantidad de productos que fabrican para firmas internacionales y que después de ser reempacados y reetiquetarlos, los envían para su venta por las “prestigiosas y exclusivas marcas”.
Estos clips de tan sólo unos segundos abundan en la red X, en Facebook, en Instagram o Tik Tok y en todos se ven a los chinos mostrando los productos que fabrican, desde bolsas de vestir para mujer, chips para dispositivos electrónicos, zapatos deportivos, maletas de viaje, todo lo que se fabrica en China.
Desde hace muchos años es un secreto a voces que un sin fin de productos son hechos por los chinos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos emitió un comunicado donde señaló que computadoras portátiles y los teléfonos celulares iPhone quedarían excluidos del pago arancelario del global del 10% dictado por Trump a la mayoría de los países y del impuesto, mucho mayor, de importación chino.
El caos y desorden generado por el Inquilino de la Casa Blanca y sus juegos de imponer, pausar y aumenta los aranceles está generando un verdadero terreno pantanoso.
Hasta este jueves que no hay claridad en torno a que sí las importaciones chinas seguirán afectadas con un arancel que va desde el 10 hasta el 145 por ciento, ni los expertos mismos de ambos países lo saben.
Voces de expertos a nivel mundial señalan que las acciones arancelarias de Trump han generado no sólo preocupación sino alarma en la planta productiva, empresarial y en los consumidores mismos y claro, mención por separado está la cuestión de los mercados accionarios que han estado desde el 2 de abril pasado, en una verdadera montaña rusa en donde las subidas y bajadas se han convertido en una peligrosa constante.
La historia de las relaciones Estados Unidos-China se están escribiendo no sólo a diario sino hora con hora, con la incertidumbre que ello representa para los fabricantes, los empresarios y la economía de ambos países.
El caos generado por Trump parece haberlo superado, los mercados internacionales se lo gritan constantemente y a pesar de ello, su ego, narcisismo y orgullo parecen ser la brújula que marca su destino.
@ncar7