Integrantes de las Fuerzas Armadas mexicanas identificaron la presencia de tres aviones militares espías de Estados Unidos que sobrevolaron, sin ingresar al Espacio Aéreo Mexicano, las fronteras del país con el objetivo de interceptar comunicaciones.
Dos de estas aeronaves realizaron vuelos en la zona de la península de Baja California, mientras que un tercer avión modelo U-2 fue detectado en un recorrido que inició en Florida, cruzó los estados de Tamaulipas y Coahuila, y concluyó en Ciudad Juárez, Chihuahua.
El avión U-2, conocido como “La Dama Dragón”, se distingue por su capacidad para ejecutar misiones de espionaje a gran altitud, alcanzando más de 21 mil metros, lo que dificulta su detección por sistemas de defensa aérea. Esta situación generó inquietud en el gobierno federal ante un posible uso de estas aeronaves para operaciones directas en territorio mexicano, según lo expresado por el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo.
Un reporte de alto nivel al que tuvo acceso EL UNIVERSAL señaló que las autoridades mexicanas consideran que cualquier intervención directa de Estados Unidos en el espacio aéreo, marítimo o territorial mexicano podría deteriorar las relaciones bilaterales entre ambas naciones.
EL UNIVERSAL también informó que Estados Unidos ha intensificado la vigilancia sobre los cárteles mexicanos y el trasiego de drogas, basándose en datos proporcionados por narcotraficantes como Ismael “El Mayo” Zambada y Los Chapitos, información confirmada por una fuente del Departamento de Justicia estadounidense.
El gobierno de Donald Trump habría implementado una estrategia de vigilancia aérea para reforzar el control del espacio marítimo y combatir el narcotráfico y el tráfico de migrantes.
Esta estrategia incluyó el monitoreo de actividades ilícitas en aguas internacionales cercanas a México, sin invadir su soberanía, según las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, quienes aseguraron que ni los vuelos espías ni los buques estadounidenses han violado el espacio soberano mexicano.
Las autoridades de México previeron que la vigilancia aérea y marítima de las fuerzas militares estadounidenses continuaría de manera permanente para recolectar información de inteligencia y combatir el tráfico de drogas, armas y migrantes.
El informe reveló que en las últimas dos semanas, Estados Unidos realizó 18 misiones de espionaje con aeronaves P-8 Poseidón, U-2 y RC-135 Rivet Joint, las cuales cuentan con tecnología avanzada para captar imágenes y señales de comunicación.
El Boeing P-8A Poseidón, utilizado por la Fuerza Aérea de EE. UU., está diseñado para operaciones de patrulla marítima y detección de embarcaciones sospechosas, incluyendo semisumergibles usados para el contrabando, gracias a sensores infrarrojos y sonoboyas.
El avión RC-135 Rivet Joint operó a gran altitud fuera del espacio mexicano para interceptar comunicaciones de narcotraficantes y traficantes de migrantes, e incluso intervenir comunicaciones satelitales y de radio de embarcaciones y aeronaves.
Con la información recopilada por el RC-135 y el P-8A, las autoridades estadounidenses priorizaron objetivos para operaciones contra redes criminales, apoyándose en aviones KC-135T Stratotanker y KC-46A Pegasus para el reabastecimiento y transmisiones de comunicación avanzadas a centros de comando en tierra.
Imagen: Especial