AFP
El primer ministro canadiense, Mark Carney, celebró el martes su victoria electoral, pero admitió que le esperan desafíos "desalentadores", entre ellos el manejo de Donald Trump y la remodelación de la economía.
"Va a ser una luna de miel muy corta", dijo a la AFP Marci Surkes, ex asesora del predecesor de Carney, Justin Trudeau.
Carney reconoció en un discurso de victoria que los próximos meses serán difíciles, pero dijo que tenía la experiencia para liderar a Canadá en tiempos tumultuosos.
"Es momento de ser audaces para enfrentar esta crisis", dijo ante una multitud entusiasta en Ottawa después de la remontada del Partido Liberal contra los Conservadores.
"Los desafíos que tenemos por delante son enormes", dijo.
Los grandes cambios, como los que estamos viviendo, siempre son preocupantes. Tenemos un largo camino por recorrer, pero tengo confianza, confío en ustedes, confío en Canadá.
Carney primero tendrá que descubrir cómo hacer frente a las amenazas del voluble presidente norteamericano, quien marcó el día de la elección insistiendo nuevamente en que Canadá debería convertirse en el 51º estado de Estados Unidos.
Y también tendrá que implementar medidas para transformar la economía canadiense para hacerla menos dependiente de Estados Unidos, su mayor socio comercial, pero ya no confiable.
La nación de 41 millones de habitantes envía tres cuartas partes de sus exportaciones a Estados Unidos, y los aranceles impuestos por Trump –particularmente en los sectores automotriz y siderúrgico– ya están dañando la economía.
- No hay soluciones fáciles -
Dado que Trump "está tratando de reestructurar fundamentalmente la economía estadounidense", Canadá tendrá que "reinventar" la suya, declaró Carney durante la campaña, advirtiendo que el tiempo de una cooperación estrecha con Estados Unidos había terminado.
Carney ya ha señalado la necesidad de eliminar las barreras comerciales entre las provincias canadienses y fortalecer los lazos con Europa, donde realizó su primer viaje al exterior después de reemplazar a Justin Trudeau como primer ministro en marzo.
Pero estos problemas no pueden resolverse rápidamente y Canadá enfrenta "enormes desafíos críticos de infraestructura en términos de poder siquiera trasladar nuestros productos básicos a los mercados", señaló Surkes.
La apertura de nuevos corredores comerciales "requerirá una inversión considerable" y representa un "desafío generacional", dijo.
Si bien la búsqueda de nuevos mercados es loable, no ofrece "soluciones rápidas" a los problemas comerciales de Canadá, afirmó Steve Verheul, viceministro de Comercio de Canadá durante el primer mandato de Trump.
Para él, restablecer el libre comercio con Washington será primordial: "Los necesitamos. Ellos nos necesitan".
- 'Esfuerzo titánico' -
Trump y Carney anunciaron antes de las elecciones que ambas partes se reunirían para discutir las relaciones comerciales en mayo.
También se espera que se reúnan en el oeste de Canadá en junio para la cumbre del G7.
Será necesario un "esfuerzo titánico" para resolver la guerra comercial, considera Sandra Aube, ex asesora liberal que fue jefa de gabinete de la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, hasta 2022.
"Será necesario un renovado compromiso a todos los niveles con el gobierno de Estados Unidos para ver qué puede hacer Canadá", afirmó.
Repensar la defensa canadiense también ocupa un lugar destacado en la agenda de Carney.
Ha presentado un ambicioso programa para afirmar la soberanía de Canadá, particularmente en el Ártico, y reducir la dependencia de sus aliados, en particular Estados Unidos.
"Este es un elemento vinculado a la economía porque importantes inversiones de miles de millones de dólares beneficiarán al sector manufacturero y de defensa canadiense", dijo Aube.
Al mismo tiempo, el primer ministro, que puede necesitar el apoyo de partidos pequeños para asegurar una mayoría parlamentaria, no podrá ignorar problemas cotidianos como los altos costos de vida y la crisis de la vivienda.
"Estos problemas son reales y urgentes", dijo Surkes, añadiendo que Carney necesitará nombrar "sangre nueva" para su gabinete para demostrar que está más centrado en los negocios y la economía que su predecesor.
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