Un informe reciente revela que la Antártida y el océano Austral están atravesando anomalías extremas, como olas de calor marinas, récords de temperatura y una acelerada pérdida de hielo, lo que ha encendido las alarmas en el marco de reuniones globales clave. La situación coincide con la Convención para la Conservación de Recursos Antárticos (CCRVMA), que se realiza en Australia, y la COP16 de Biodiversidad, que tendrá lugar en Colombia.
El reporte titulado "Protecting a Changing Southern Ocean", elaborado por la Coalición Antártida y del Océano Austral (ASOC), detalla los peligros que enfrenta la región y hace un llamado urgente a la CCRVMA para que adopte medidas de protección. Entre las propuestas más relevantes, la coalición sugiere la creación de cuatro nuevas áreas marinas protegidas (AMP): la AMP del Dominio 1 en la Península Antártica, dos fases en el Mar de Weddell y otra en la Antártida Oriental.
El informe llega en un contexto de lenta respuesta por parte de los países miembros. Aunque en 2016 se logró un hito histórico al establecer la mayor AMP del mundo en el mar de Ross, desde entonces no se han designado nuevas áreas. Según ASOC, en julio de 2024 se lograron algunos avances con la propuesta del Dominio 1 durante un simposio de armonización de la CCRVMA, donde participaron científicos, autoridades, la industria pesquera y organizaciones conservacionistas.
El Dominio 1 es una zona particularmente afectada por el cambio climático, la pesca y el turismo, y la gestión de sus recursos es crítica. "La pesca de krill en esta área está provocando un agotamiento localizado, lo que genera efectos negativos sobre los depredadores, como los pingüinos", advierte el informe. El krill, fundamental para la salud del ecosistema antártico, juega un papel esencial en el almacenamiento de carbono, con una capacidad de retención de 20 millones de toneladas al año en las profundidades oceánicas.
La coalición urge a los gobiernos a tomar decisiones decisivas en la CCRVMA. Claire Christian, directora ejecutiva de ASOC, expresó: “El simposio de armonización demostró que es posible avanzar en los debates sobre las AMP y la gestión pesquera, pero ahora necesitamos mantener ese espíritu de cooperación para designar la AMP del Dominio 1 y mejorar la gestión precautoria de la pesca de krill".
Andrea Kavanagh, directora de conservación para el Proyecto Pew Bertarelli Ocean Legacy, también subrayó la necesidad de actuar: "Es crucial establecer una red de AMP para crear resiliencia en esta región tan vulnerable al cambio climático". Añadió que proteger la Península Antártica y gestionar de manera responsable la pesca de krill es fundamental para preservar la fauna icónica, como pingüinos, focas y ballenas.
Por su parte, Emily Grilly, directora de Conservación Oceánica de WWF-Australia, destacó la urgencia del problema: "La ciencia es clara: proteger áreas críticas de alimentación en la Península garantizará que los servicios esenciales que brinda el krill, incluido el secuestro de carbono, permanezcan intactos".
Jehki Härkönen, asesor de Política Oceánica de Greenpeace Internacional, hizo hincapié en la necesidad de que los países miembros actúen con celeridad: "Mientras los líderes se apresuran a cumplir compromisos en la COP16, ya es momento de que los gobiernos de la CCRVMA se pongan al día con el ritmo del cambio en la Antártida y los objetivos globales de conservación".
El informe concluye que, si se implementan las nuevas AMP, el 26% del océano Austral estaría protegido, lo que representaría casi el 3% del océano mundial. Las próximas semanas serán determinantes para ver si los gobiernos toman las decisiones necesarias para preservar la Antártida y sus frágiles ecosistemas frente a los desafíos climáticos actuales.