Miguel Ángel Ventura Medel, director de Cultura del municipio de Cuajinicuilapa, Guerrero, fue asesinado tras ser secuestrado el pasado jueves. El hallazgo de su cuerpo ocurrió al día siguiente en un lugar conocido como "La Presa", dentro de la comunidad de El Quizá.
Según testigos, mientras Ventura Medel realizaba labores domésticas frente a su domicilio en la cabecera municipal, hombres armados descendieron de un vehículo, lo sometieron y lo obligaron a subir al automóvil. A partir de ese momento, el funcionario fue reportado como desaparecido.
En un intento por localizarlo, elementos de la policía estatal, el Ejército y la Guardia Nacional desplegaron un operativo de búsqueda en la región. Sin embargo, los esfuerzos iniciales no dieron resultados hasta el viernes, cuando se confirmó la tragedia.
Ventura Medel tenía programado encabezar la Asamblea de Autoridades Comunitarias, un evento regional significativo con la participación de 19 municipios afrodescendientes de Guerrero y Oaxaca. Tras el asesinato, el ayuntamiento de Cuajinicuilapa tomó la decisión de cancelar el evento por motivos de seguridad.
Este homicidio forma parte de una ola de violencia que ha sacudido al municipio en meses recientes. Desde 2024, Cuajinicuilapa enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, con numerosos ataques que han afectado tanto a funcionarios como a la ciudadanía.
En octubre del año pasado, el alcalde Hildeberto Salinas Mariche y la síndica procuradora Stephani Oliva Zárate abandonaron temporalmente el municipio tras recibir amenazas de grupos criminales. Aunque Salinas Mariche regresó semanas después con escoltas militares, el miedo persiste entre los habitantes.
Otro hecho que marcó al municipio fue el secuestro del regidor Félix Gil Calleja Díaz, quien desapareció el 3 de noviembre de 2024 cuando se dirigía a Ometepec para una consulta médica. Su paradero continúa siendo desconocido, lo que ha profundizado la percepción de inseguridad en la región.
La violencia también ha tenido un fuerte impacto en la vida cotidiana de Cuajinicuilapa. Cerca de 6 mil estudiantes dejaron de asistir a clases por temor a ser víctimas de ataques. Aunque las escuelas reabrieron el 13 de enero de este año con la presencia de fuerzas de seguridad, el ambiente de incertidumbre persiste entre las familias de la comunidad.
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