Irma Reyes, conocida como Doña Irma, es la mujer que entregó a su sobrino Mario y a la pareja de éste, Giovana, por el feminicidio de la menor Fátima.
Ella se dice avergonzada, pero no arrepentida, de haberle abierto las puertas de su casa a su sobrino y de haberles dado techo y comida, pues de esta manera les sacó la confesión de un crimen atroz.
La tía de Mario fue quien delató a los presuntos feminicidas de Fátima, luego de darles asilo; ella invitó a uno de los hijos de la pareja a ver la tele, pero Mario no se los permitía.
“Entonces el niño sube y me dice: ‘Es que mi papá no me deja ver tele, abuelita’”. Luego la mujer decidió encender la TV y los reconoció, ahí estaban todas las noticias anunciando el terrible caso de una pequeña asesinada, era Fátima.
La mujer los encaró. “¿Ustedes hicieron esa infamia? Están en la tele. ¿Ustedes fueron, verdad?” Luego su reacción fue de aceptación. Mario dijo: “Yo no fui, fue ella”.
“Tienes que entregarte, tú tienes hijos”, les respondió la señora.
Irma salió a la carretera y vio a su hermana y cuñado, les pidió que llamaran a los policías municipales. Le dije: “Voy a entregar a Giovanna y a Mario, ellos fueron los que están en la tele”.
Los presuntos feminicidas sospecharon y querían irse, por lo que la tía les dijo que los iba a acompañar al monte. En ese momento llegaron los policías municipales y efectuaron la detención, misma que Giovana y Mario intentaron evitar con 500 pesos.
“¿Por qué me hizo eso, tía?", le dijeron. "Se van y yo me bajo con los niños y les digo: “Vénganse”. Los subí, les di de cenar y los acosté”.
“Soy mujer, he sido violada. Tiene que haber justicia”, señaló.
Redacción ContraRéplica
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