Alejandro Reynoso
Fue este lunes que la octava caravana de migrantes (originarios de diversas partes de Centroamérica) partió de Tapachula, Chiapas, rumbo a Estados Unidos, sin embargo, antes de tomar su camino hacia el norte, la primera parada de la caravana sería el Instituto Nacional de Migración, donde pretendían obtener visas humanitarias para poder residir y trabajar en México sin la preocupación de ser extraditados.
Tras caminar durante todo el día y la madrugada, la caravana llegó Huixtla, donde pudo entablar un diálogo con las autoridades: “hay buenas noticias, migración aceptó atenderlos en este lugar a partir de mañana miércoles, van a darles la tarjeta de visa humanitaria y autobuses para traslado, si cumplen entonces el jueves o viernes reanudamos la marcha”, comentó un activista a la caravana.
Sin embargo, no todos los migrantes se detuvieron a entablar dialogo con las autoridades, porque estos grupos migrantes han señalado que la atención que les llega a brindar la institución es lenta y, por su parte la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) hace caso omiso a estos refugiados; por lo que se calcula que cuatro mil inmigrantes siguieron su rubo hacia EE.UU. y evitaron entablar dialogo con las autoridades.
Foto: Universidad de Guadalajara