Daniel Montes de Oca
Se acerca el Día de Muertos y con ello las clásicas calaveras de azúcar, tradición mexicana en las ofrendas para recordar a los difuntos.
En primera instancia, se usan para sustituir a los cráneos que en tiempos precolombinos se usaban en los Tzompantlis con la finalidad de honrar a sus dioses y que ayudan a recordar el paso inevitable de la vida terrenal a la mística, es decir, la muerte.
Previo a la llegada del mes de noviembre aparecen en diferentes tamaños, mismas que son decoradas con coronas, espirales y grecas multicolores, en algunos casos cuentan con el nombre del difunto o se regalan con el nombre de las personas que están con vida.
Respecto a sus orígenes, se sabe que en la antigüedad, los árabes llevaron el nombre y la técnica de los alfeñiques a España y después a México, pues la costumbre de honrar a los muertos unió la tradición indígena a la española.
Sobre la elaboración, parecida a la artesanía alfeñique, se fabrican en varios estados del país con materiales muy básicos como son el azúcar, clara de huevo, limón y una sustancia llamada chautle, además de seudobulbo de una orquídea de tierra (Bletia campanulata).
En el procedimiento denominado como vaciado, el azúcar se disuelve en agua y se deja hervir por una media hora hasta que espese, agregándole un poco de limón. Por ello se debe calcular el momento exacto para que la miel sea batida y logre cristalizarse y vaciada en los moldes que normalmente son de barro.
Justo cuando el azúcar empieza a cuajar se voltea el molde para que un poco de la miel interior escurra y las calaveras queden huecas. Una vez secas, se sacan del molde y se decoran con “betún”, hecho con clara de huevo, azúcar glass y colorantes, mientras que para los ojos se usa papel de estaño.
Con la misma técnica de vaciado, también se fabrican botellitas, corazones, y letras rellenas de un licor barato o simplemente de agua azucarada, perfumada.
Finalmente, las calaveras se colocan en las ofrendas acompañadas de las fotografías de los difuntos, velas, flores y sus platillos favoritos.
Imagen: Cuartoscuro