Contaminación no sólo es de los autos: experto

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Durante los días de confinamiento social, la calidad en algunos puntos de la ciudad de México ha ido de regular a muy mala —de riesgo para la salud—, lo cual se explica porque en realidad la contaminación de la megalópolis proviene de muchas más fuentes que de los automóviles, indica el doctor Carlos Álvarez Flores.

El especialista en manejo de residuos sólidos, y consultor ambiental tanto de organismos públicos como privados, explica que lo que sucede es que hay 55 sustancias contaminantes, pero que sólo las autoridades en México miden cinco. “Estamos en las cavernas, aunque las OMS nos ha dado una lista de 16 sustancias —a combatir—”.

El ingeniero químico industrial del Instituto Politécnico Nacional (IPN) señala que los intereses políticos hacen que los gobernantes no quieran atender esta problemática, ni atacar a las empresas y otras fuentes de contaminantes, y que ahora con el confinamiento social “esto se ve más claro”, pues no descienden las sustancias mayormente tóxicas.

Antier, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México informó que no obstante la reducción de la circulación de 60 por ciento de vehículos, no disminuyen la concentración de ozono.

Explica que, aunque las personas permanecen en sus casas, ahora generan más contaminación, respecto a la generación de residuos sólidos estimadas en por lo menos un 15 o 20 por ciento y posteriormente la generación de la misma cantidad de basura, aunado más consumo de energía eléctrica.

En entrevista con ContraRéplica señala que las autoridades actuales y pasadas no han querido controlar las emisiones de gases que se generan los más de 400 tiraderos a cielo abierto, varias industrias que usan 25 mil calderas e incluso en los hogares la quema de cualquier combustible, sobre todo de boilers y estufas con piloto permanente.

Toda esta contaminación no ha sido detenida, lamentó, no obstante que desde diciembre 1989 se decretó una fuerte contingencia ambiental, pues “estábamos en el Valle de México, asfixiándonos. Tenemos 30 años y no hemos podido resolver esta situación, y pasamos de 20 mil vidas al año perdidas, a 38 mil”, dijo.