La Convención Constitucional que redactará la nueva Carta Magna de Chile, se instaló este domingo tras protestas que provocaron tensión antes de una ceremonia que resultó menos formal y solemne de lo que acostumbra este país.
Con cerca de tres horas de retraso, la relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares, quien presidió la ceremonia, procedió al nombramiento uno a uno de los 155 convencionales, tras constatar que ya "no hay represión, no hay detenidos, no hay lesionados".
Se mantenían sin embargo algunos choques entre las fuerzas especiales de la Policía y un grupo de manifestantes que intentó traspasar el cordón de seguridad en los alrededores de los jardines de la vieja sede del Congreso en Santiago, donde por razones sanitarias se realizó la ceremonia.
La heterogeneidad de los 155 integrantes de la Convención Constitucional -muchos independientes con afinidades de izquierda y sin experiencia en cargos públicos y sin ninguna lista que ostente la mayoría de un tercio que otorga poder de veto- obligará a alcanzar acuerdos.
Pero esta misma diversidad en posturas y orígenes alimenta el temor de que se eternicen las discusiones y finalmente el texto no logre cumplir con las expectativas ciudadanas.
La tensión ya se había instalado en los días previos, debido a las peticiones de algunos de los constituyentes.
El sábado, 60 constituyentes firmaron una carta para demandar "garantías democráticas para la sana instalación de la convención", en la que exigen, entre otros puntos, la liberación de presos de la revuelta social de 2019.
Tras la juramentación, se inició la ceremonia de elección de los cargos de presidente y vicepresidente.
La Convención tendrá nueve meses -prorrogable por tres meses más- para redactar el nuevo texto, que será luego sometido a un plebiscito ratificatorio con voto obligatorio.
Con información de AFP
Imagen: AFP