Por Osvaldo Córdova
nacion@contrareplica.mx
México necesita un sistema de salud más eficiente, efectivo e incluyente; sin embargo, con la entrada en funciones del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) ello no se garantiza mientras no se aclaren las dudas sobre su operatividad, asegura el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Aunque el Insabi ya sustituyó al Seguro Popular, no hay reglas de operación, por lo que hay muchas dudas para los pacientes, el personal de salud, las unidades médicas y las autoridades locales, alertó el IMCO.
A través de redes sociales, señaló que hasta el momento las autoridades federales no han indicado cuándo se publicarán las reglas de operación de la nueva institución.
“No está claro cómo se implementará la centralización. ¿Quién administrará al personal de salud en las entidades? ¿Cuál será ahora el rol de los estados y la dinámica para que obtengan, usen y transparenten el financiamiento para salud?”, subrayó.
Durante la semana pasada usuarios del desaparecido Seguro Popular han externado su molestia por la falta de información sobre los servicios que cubrirá el Insabi y sobre todo por el aumento de cobros de cuotas de recuperación por la atención brindada.
Ante esto, el IMCOseñaló que la Secretaría de Salud ha informado que el Insabi sólo garantiza la atención de primer contacto y especialidades básicas (primer y segundo nivel).
Además, de que la ley contempla, agregó, el Fondo de Salud para el Bienestar, el cual deberá atender enfermedades que provocan gastos catastróficos.
“Sin embargo, al día de hoy no se sabe qué padecimientos se incluirán ni cuál es el mecanismo para que la población sin seguridad social acceda a esa atención. No queda claro qué pasará con los actuales y futuros pacientes de enfermedades como VIH, leucemia o falla renal”, explicó.
“Quienes se enfermen o empeoren por este tipo de padecimientos hoy no saben si tendrán acceso a tratamientos y bajo qué condiciones. El Gobierno federal debe evitar crear falsas expectativas”, demandó.
Refirió que los mexicanos cubren con recursos propios más de 40 por ciento el gasto total en salud. “Cuando el gasto de bolsillo se usa para cubrir tratamientos de enfermedades crónicas y costosas, puede condicionar a una familia a caer en pobreza”.
Ejemplificó que en 2017 más de la mitad de las muertes naturales en el país se debieron por enfermedades del corazón, diabetes mellitus y cáncer, las cuales son de las más costosos para su atención.