La afición cementera, desencantada por los malos resultados de Cruz Azul, ha abandonado progresivamente el estadio, evidenciando su descontento. Luego de las derrotas frente a América y Pumas, muchos seguidores decidieron no asistir al Azteca, expresando su enojo y frustración ante el bajo rendimiento del equipo y la aparente falta de compromiso de jugadores y directivos para revertir la situación.
"La Franja fue local", señalando que, en contraste, los seguidores del Puebla se hicieron sentir desde los primeros minutos del partido.
Para tratar de contrarrestar la baja asistencia, Cruz Azul optó por ofrecer boletos a precios reducidos, pero esta estrategia no logró revertir la situación. A pesar de las promociones que incluyeron precios de 50, 100 y 800 pesos en diferentes zonas del estadio, las taquillas en Tlalpan e Insurgentes reflejaron un interés nulo por parte de la afición.
Las tribunas, explanadas y tiendas oficiales de productos de Cruz Azul lucieron vacías y desangeladas durante el duelo contra Puebla. Este descenso en la asistencia se ha vuelto recurrente en los últimos partidos de La Máquina como local en el Apertura 2023.
Comparando las cifras de asistencia, se observa una clara tendencia a la baja. En la Jornada 9 contra Querétaro, el registro fue de 23,790 aficionados. Sin embargo, en la fecha 14 ante Club León, la cifra disminuyó a 11,001, y en el enfrentamiento contra FC Juárez en la Jornada 15, la asistencia descendió aún más, alcanzando los 9,358 aficionados.
La deserción de la afición representa un desafío para Cruz Azul, que busca recuperar el respaldo de sus seguidores en lo que resta de la temporada.