Después de una década de ansiado retorno a la cima, los Diablos Rojos del México finalmente lograron su título número 17 en la Liga Mexicana de Beisbol, tras superar a los Sultanes de Monterrey en la Serie del Rey. El triunfo se selló con una victoria por 4-2 en el último juego, después de una intensa novena entrada que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos.
Desde el primer inning, los Diablos Rojos demostraron su intención de no dejar pasar la oportunidad. José Marmolejos, designado el jugador más valioso del encuentro, conectó un jonrón que impulsó tres de las cuatro carreras iniciales, junto a Franklin Barreto y Robinson Canó. “El primer inning fue clave, y José Marmolejos nos dio un gran impulso con su jonrón,” señaló el manager de los Diablos.
El encuentro en el estadio de Sultanes comenzó con gran entusiasmo, pero el drama se incrementó en la última entrada. A pesar de haber tenido una ventaja clara durante gran parte del juego, la tensión creció cuando los Sultanes, apodados los “fantasmas grises,” pusieron en aprietos a los Diablos en el noveno inning. Los Sultanes lograron colocar corredores en base y, tras un error de Robinson Canó y una falta de control del relevista japonés Tomohiro Anraku, marcaron dos carreras.
“Aunque fue un final angustioso, la entrega de los jugadores no se vio afectada. Robinson Canó, a pesar de su error, capturó el último out, asegurando el campeonato,” destacó el entrenador de los Diablos.
El pitcher de los Sultanes, Julio Teherán, mostró señales de desesperación, lo que llevó a su relevo, Jared Lakind, a tomar el control del montículo. “Teherán no pudo mantener el ritmo, pero Lakind hizo un buen trabajo para minimizar el daño,” comentó el coach de los Sultanes.
En el último momento crucial, José Cardona de los Sultanes tuvo una oportunidad para cambiar el destino del juego, pero su elevado fue capturado por Canó, quien redimió su error anterior. “El duelo entre Cardona y Anraku fue decisivo, y afortunadamente Canó hizo la jugada que necesitábamos,” concluyó el gerente general de los Diablos Rojos.
Este campeonato marca el fin de una sequía de diez años para los Diablos Rojos, la segunda más larga en la historia del equipo, solo superada por los 16 años que pasaron entre su llegada a la Liga en 1940 y su primer título en 1956.
Foto por Cuarto Oscuro