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El caso Cuauhtémoc Blanco: Un retroceso en los derechos de las mujeres

El caso Cuauhtémoc Blanco: Un retroceso en los derechos de las mujeres

Columnas lunes 31 de marzo de 2025 -

El caso de Cuauhtémoc Blanco, diputado federal del partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y ex gobernador de Morelos, se ha convertido en un punto álgido en la política mexicana. Acusado por su media hermana de intento de violación, el esfuerzo por despojarlo de su inmunidad parlamentaria, un proceso conocido como "desafuero", en la Cámara de Diputados ha expuesto profundas fisuras dentro del partido gobernante y ha encendido un debate nacional, el cual, se debe centrar en la cuestión fundamental de si MORENA, un partido que tiene como propósito la justicia social, está verdaderamente comprometido con los derechos y la protección de las mujeres.

Los procedimientos en la Cámara de Diputados el 25 de marzo de 2025 no fueron meramente una votación sobre el destino de un político; sirvieron como una clara prueba de fuego para la dedicación del partido a la igualdad de género y al estado de derecho. La Cámara de Diputados finalmente votó por rechazar la solicitud de retirar la inmunidad de Cuauhtémoc Blanco, protegiéndolo efectivamente de un enjuiciamiento en este momento.

La votación concluyó con 291 diputados a favor de desestimar el proceso de desafuero, mientras que 158 votaron en contra y 12 se abstuvieron. Este resultado no se logró en el vacío. Blanco se benefició significativamente del apoyo incondicional de los diputados de su propio partido MORENA, así como del respaldo crucial de aliados dentro del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) e incluso de un contingente del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Una figura fundamental en la orquestación de este resultado fue Ricardo Monreal, el influyente líder del grupo parlamentario de MORENA. Antes de la votación crucial, Monreal supuestamente convocó reuniones con el bloque oficialista. Estas sesiones a puerta cerrada tenían como objetivo asegurar un frente unido en defensa de Blanco, lo que demuestra una clara estrategia en los niveles más altos del partido para proteger a uno de los suyos. A pesar de la gravedad de las acusaciones formuladas contra Blanco –un intento de violación sexual–, el argumento central empleado por quienes abogaban por la desestimación del desafuero se centró en supuestas inconsistencias y deficiencias en la investigación realizada por la fiscalía del estado de Morelos.

La decisión tomada por la Cámara de Diputados de proteger a Cuauhtémoc Blanco de un posible enjuiciamiento envía un mensaje profundamente dañino a las mujeres de todo México, particularmente a aquellas que han experimentado violencia sexual. Este resultado sugiere una realidad profundamente preocupante: que en el panorama político de México, las conexiones y la lealtad inquebrantable al partido pueden suplantar la búsqueda fundamental de justicia en casos de violencia contra las mujeres. La víctima en este caso, Nidia Fabiola Blanco, no permaneció en silencio ante esta decisión. Expresó su profunda decepción y describió los eventos que se desarrollaron en la Cámara como nada menos que un "espectáculo" y completamente "denigrante".

Su declaración destacó el espectáculo particularmente doloroso de Blanco recibiendo aplausos de diputadas, una escena que subrayó una priorización percibida de la lealtad política sobre la solidaridad con una compañera que alega una agresión grave. Si bien su representante legal indicó un compromiso de seguir buscando vías legales, el rechazo inmediato del desafuero en la Cámara de Diputados representa innegablemente un revés significativo en su búsqueda de justicia.

La votación también desencadenó una condena generalizada por parte de organizaciones y activistas feministas en todo México. Consideraron el resultado como una clara ilustración de la impunidad prevaleciente y una traición flagrante a la larga y ardua lucha por los derechos de las mujeres en el país. En respuesta a la decisión, se organizaron rápidamente numerosas protestas, y los manifestantes salieron a las calles para exigir justicia para Nidia Fabiola Blanco y la destitución inmediata de la inmunidad parlamentaria de Cuauhtémoc Blanco.

El momento de la votación añadió otra capa de indignación. Ocurriendo en medio de los esfuerzos en curso para crear conciencia pública sobre el problema generalizado de la violencia contra las mujeres, la decisión de proteger a Blanco pareció particularmente insensible y amplificó aún más la sensación de decepción e ira sentida por muchos.

Ricardo Monreal, en su calidad de líder de la delegación de MORENA en la Cámara de Diputados, defendió públicamente el derecho de Cuauhtémoc Blanco a defenderse de las acusaciones. En sus declaraciones, Monreal llegó incluso a minimizar la importancia de las críticas generalizadas, sugiriendo que quienes afirmaban que MORENA estaba defendiendo activamente a Blanco simplemente estaban "equivocados" en su evaluación. A lo largo del proceso, Monreal enfatizó constantemente la importancia crítica de respetar el acuerdo al que se había llegado dentro del grupo parlamentario de MORENA con respecto a cómo votar sobre el asunto del desafuero. Además, trató de minimizar cualquier posible repercusión negativa para el propio partido MORENA, desestimando la controversia como un "acto normal" que se trataba fundamentalmente de defender la legalidad y la transparencia dentro del sistema político.

Si bien reconoció que efectivamente hubo algunas voces y votos disidentes dentro de las filas de MORENA, la respuesta de Monreal a quienes votaron en contra de desestimar el desafuero fue notable. Se refirió a estas diputadas como "heroínas temporales", un comentario que generó más críticas y fue percibido por muchos como despectivo hacia su postura de principios. En medio de la especulación sobre posibles acuerdos secretos, Monreal negó vehementemente la existencia de cualquier acuerdo secreto o quid pro quo con el PRI. La sugerencia era que MORENA podría haber protegido a Blanco a cambio del apoyo del PRI en futuros casos de desafuero que involucraran a sus propios miembros, pero Monreal rechazó explícitamente esta noción.

Incluso Claudia Sheinbaum, quien en ese momento era una figura prominente dentro del partido MORENA y luego se convirtió en Presidenta de México, había declarado previamente que ninguna persona debería ser protegida de la rendición de cuentas si se presentan acusaciones creíbles en su contra. Sin embargo, sus pronunciamientos públicos contrastaron marcadamente con las acciones de la mayoría de los diputados de su propio partido que finalmente votaron para proteger a Blanco.

La Secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, también se pronunció sobre el asunto, expresando su preocupación por el funcionamiento a menudo deficiente de las fiscalías locales en México. Enfatizó la necesidad crítica de que todas las denuncias, particularmente aquellas que involucran violencia contra las mujeres, se investiguen a fondo y sin prejuicios.

La respuesta inmediata y enérgica de las organizaciones feministas y del público en general subraya el importante nivel de preocupación social con respecto al persistente problema de la violencia contra las mujeres en México. También destaca la fuerte expectativa de que las figuras políticas, que ocupan puestos de poder e influencia, rindan cuentas al más alto nivel cuando se enfrentan a acusaciones graves.

El contraste entre la declaración anterior de Claudia Sheinbaum sobre la rendición de cuentas y las acciones posteriores de la mayoría de los diputados de MORENA al proteger a Blanco revela una desconexión potencial y preocupante entre los compromisos públicamente declarados del partido con la justicia de género y sus prácticas reales cuando se enfrenta a un caso desafiante que involucra a uno de sus propios miembros.

Ha habido acusaciones constantes de que MORENA, en numerosas ocasiones, ha priorizado sus propios intereses políticos y la protección de sus miembros por encima de las preocupaciones y demandas genuinas de las defensoras y organizaciones de derechos de las mujeres. En particular, documentos internos originados dentro del propio partido MORENA reconocen la existencia real de violencia política dirigida contra las mujeres dentro de sus propias filas. Estos documentos describen protocolos y directrices destinados a prevenir y abordar dicha violencia, lo que sugiere una conciencia interna del problema.

Este caso sirve para reforzar una percepción preocupante: que dentro del sistema político de México, la balanza de la justicia puede inclinarse por factores distintos de las pruebas y los méritos de un caso, particularmente cuando las acusaciones involucran a figuras influyentes. Las acciones tomadas por MORENA en el caso del desafuero de Blanco constituyen un revés significativo para el progreso duramente ganado en la lucha por los derechos de las mujeres en México. Así que reflexionemos: ¿Son los políticos que ellas necesitan en el poder?


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