La decisión del gobierno de México de no invitar al rey Felipe VI a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, presidenta electa, ha generado un hecho sin precedentes en las relaciones entre España y los países de América Latina. Esta omisión ha provocado que el Ejecutivo español, liderado por Pedro Sánchez, decidiera no enviar representación oficial al evento del próximo 1 de octubre, en un gesto de protesta que profundiza una crisis diplomática abierta desde 2019.
El conflicto diplomático se remonta a cuando el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, solicitó públicamente a Felipe VI disculparse por los abusos cometidos durante la colonización española. Desde entonces, la relación bilateral ha estado marcada por tensiones. En respuesta al veto, el gobierno de Sánchez anunció su ausencia en la ceremonia de transición, un movimiento que refleja el deterioro de los lazos entre ambos países.
El rey Felipe VI, quien ostenta la más alta representación del Estado español en el ámbito internacional según la Constitución, ha sido un constante asistente a tomas de posesión en América Latina. Desde que asumió la Jefatura del Estado hace una década, ha estado presente en 17 ceremonias de investidura, incluida la de López Obrador en 2018. Sin embargo, la no invitación al próximo relevo presidencial marca una ruptura en este tipo de participaciones.
Sheinbaum, ante la controversia, ha optado por no dar más detalles. "Con el comunicado es suficiente", declaró, eludiendo preguntas adicionales sobre la postura de su gobierno frente a España. La presidenta electa se ha mantenido firme en su decisión de no invitar al monarca, algo que ha generado críticas en diversos sectores diplomáticos.
A lo largo de los años, Felipe VI ha representado a España en ceremonias de traspaso de poder en varios países latinoamericanos, incluso antes de asumir el trono. Como príncipe de Asturias, participó en 69 eventos de este tipo, comenzando en 1996 con la investidura en Guatemala. En total, ha estado presente en 86 tomas de posesión en la región.
El Ejecutivo español ha tomado decisiones similares en el pasado, omitiendo la presencia del rey en ciertas ceremonias, como ocurrió en 2018 durante la investidura de Jair Bolsonaro en Brasil o la de Nayib Bukele en El Salvador. Otras ausencias notables incluyen la toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela en 2013, tras la crisis interna generada por la muerte de Hugo Chávez.
La relación entre México y España comenzó a deteriorarse pocos meses después de que Felipe VI asistiera a la toma de protesta de López Obrador en diciembre de 2018. En marzo de 2019, el mandatario mexicano envió una carta al rey pidiéndole que España admitiera su "responsabilidad histórica" por las "matanzas" ocurridas durante la conquista y los primeros años de la colonización.
El gobierno español, presidido ya por Sánchez, emitió una respuesta contundente, lamentando que la carta de López Obrador se hiciera pública en los medios y rechazando firmemente la petición. "La llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas", declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores en ese momento.
Desde entonces, Felipe VI ha evitado hacer referencia directa a la demanda de López Obrador. En su lugar, ha enfatizado los vínculos históricos entre España y los países iberoamericanos. En la Cumbre Iberoamericana celebrada en Andorra en 2021, que coincidió con el bicentenario de la independencia de México, el rey destacó que esos lazos "perfilan nuestra actual identidad iberoamericana", y expresó su deseo de que ambos países continúen compartiendo proyectos y retos comunes de futuro.
Foto por AFP