Fieles a la tradición, peques de pediatría pidieron su calaverita

Por esta ocasión, sus enfermeras Arianna Berenice Rodríguez Olguín, Jocelyn Areli Lugo Hernández, María Fernanda Monroy Vargas, y Sherlin, les anunciaron que por el día de hoy les cambiaron la medicación, y en lugar de cápsulas, pastillas y jarabes, les darían bubulubus, paletas, chocolates, caramelos, pan de muerto y leches de sabor.

Por esta ocasión, las enfermeras de pediatría cambiaron las cofias por diademas con flores, y adornaron con globos los pabellones y pasillos, y llenaron los carritos de medicamentos con dulces y juguetes para repartirlos a todos los pequeños internados.

Entre los más entusiastas, Ángel Adrián, de 17 años, con disfraz de "Calabaza", de un naranja encendido; Derek Alarik, de once años, decidió disfrazarse de "Fantasma" echándose una sábana encima, con unos agujeros para sus ojos, se pusieron al frente de los peques, como Iker Antoan, de cuatro años, disfrazado de vampiro; Josué, de nueve y Osmar, de cinco, Jonathan, de cuatro.

Con cantos y frases como "Esta calaverita tiene hambre, tiene un dulce por ahí. Esta calaverita tiene hambre, tiene un dulce por ahí, aunque sea un calcetín, no se escondan que ya los ví", sumaron a otros niños y niñas internadas en los pabellones del cuarto piso de hospitalización del Hospital Juárez de México.

En brazos de sus madres, Danae, de siete meses, y Juan, de tres años, miraban con asombro el desfile de escenas de niños con sus batas de pacientes, que con sus cantos iba de puerta en puerta, pidiendo su "calaverita" a los médicos, enfermeras y personal administrativo.

Julia Brenda, de 16 años; Valeria, de 15, Josué Yamín, de 9, Gilberto, de 15, dijeron que el festejo era una sorpresa inesperada y el convivio les había gustado y era emocionante.

Marlen Muñoz Valencia, Jefa de la Unidad de Terapia Intensiva de pediatría, expresó que el festejo del Día de Muertos era muy importante en el tratamiento médico de los pacientes, ya que los distrae de su enfermedad, les hace bien anímicamente, porque tienen convivencia con sus médicos y enfermeras.

Esta celebración forma parte de la recuperación de estos niños y niñas, que se despertaron muy emocionados y hasta pidieron bañarse, para salir a pedir su Calaverita, dijo Arianna Berenice Rodríguez Olguín, jefa de enfermeras del Cuarto piso de hospitalización.

"Es inevitable no encariñarse con estos pequeños que están a nuestro cuidado y llegan a formar parte de mi vida. Aunque no he sido madre todavía, me sacan el instinto maternal, me preocupo por su salud y cada día confirmo que el destino me puso en el camino de la mejor profesión: la de ser enfermera”.

Cuando ya habían llenado sus bolsitas con dulces, y los peques platicaban muy animadamente, aparecieron las princesas, piratas, maléficas y brujas del colegio Olami, invitados por la fundación DAR. Traían buen cargamento especial, más caramelos, pan de muerto y leches de sabor a chocolate y vainilla para mayor gusto de todos los peques que por unos momentos se olvidaron de sus enfermedades.