Hace un año ya que la Covid-19 inició su daño a la humanidad

Angélica Patiño

Empieza diciembre y viene la reflexión, ¡un año!, sí, hace un año que la humanidad inició la batalla ante la aparición del nuevo coronavirus que ocasiona la enfermedad Covid-19.

Fue en diciembre de 2019 que se identificó por primera vez la existencia del SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China.

Ahí fue donde se reportaron casos de un grupo de personas enfermas con un tipo de neumonía desconocida; la mayoría de ellos tenían vinculación con trabajadores del mercado mayorista de mariscos del sur de China, en Wuhan.

Sin embargo, medios han señalado que sería el 17 de noviembre del año pasado, la fecha del primer caso, donde el paciente cero sería una persona de 55 años que vive en la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia que tiene en vilo al mundo.

Fue hasta el 30 de enero de 2020 se la Organización Mundial de la Salud la declaró que la enfermedad se consideraba ya una pandemia, por la alta cantidad de personas infectadas y las muertes ocasionadas ya en 114 países del mundo.

Al momento la pandemia ha provocado que al menos un millón 468 mil 873 personas hayan perdido la vida en el mundo. Mientras que en este conteo se conoce que más de 63 millones 227 mil 470 personas han contraído la enfermedad desde hace un año.

Pero la afectación a la humanidad no queda en las muertes y los enfermos, de por sí lamentable. La pandemia ha generado modificaciones en los diferentes aspectos de la vida en todo el mundo.

Para empezar, acatar una disciplina de limpieza que prevé el lavado de manos muchas veces al día, permanecer alejados de la gente y salir enmascarados, cuando se pueda salir, lo menos posible, han dicho, genera efectos psicológicos.

La presencia del SARS-CoV-2 ha ocasionado el colapso en los sistemas hospitalarios de diversos países, por la falta de infraestructura y personal que haga frente a las circunstancias epidemiológicas.

Las personas sufren de afectaciones mentales por el hecho de tener que permanecer confinados, pero además la disminución de los ingresos, también ha dañado su capacidad social y en consecuencia hay ansiedad y preocupación por la sobrevivencia.

A nivel económico los analistas prevén que por el gran confinamiento, se tenga la mayor recesión mundial de la historia, y en vez de crecer un 2.5 por ciento, la economía global tenga una reducción de 5 por ciento. Así, habrá aumento considerable del desempleo, y miles de empresas quebradas.

Un sector profundamente afectado es el de la aviación, debido a las restricciones de viaje, aviones vuelan vacíos, o están en tierra e incluso se han cerrado aeropuertos, con los consecuentes daños para quienes laboran en este sector.

El ámbito educativo también destaca entre los más afectados pues casi la totalidad de las instituciones educativas en el planeta debieron cancelar actividades presenciales pero además dejó ver otro tipo de problemas previos como el aprendizaje digital, la inseguridad alimentaria, la carencia de un lugar permanente para residir, el acceso a internet.

En consecuencia, se prevé que la desigualdad educativa ya existente se incremente exponencialmente debido a las diferencias en el acceso a elementos básicos como un escritorio o el instrumental tecnológico.

Si continúa el análisis, la pandemia ha afectado a todos, sin faltar alguno, los aspectos de la vida, el desarrollo y la convivencia de la humanidad. Hay efectos que se verán muchos años después.

La cultura e incluso la religión, han tenido daños inconmensurables. En principio la suspensión de eventos como conciertos, deportivos, fueron suspendidos o cancelados, ahora se realizan sin gente o de manera virtual.

En el cine, las salas de exhibición cerradas, la taquilla global cayó en miles de millones de dólares. Estrenos aplazados o cancelados y las producciones se detuvieron. Han pronosticado pérdidas masivas en la industria. Peores afectaciones ha tenido el teatro, aunque muchos creadores actores y bailarines han acudido al mundo digital, aportar nuevos contenidos y seguir haciendo arte.

El medio ambiente pudiera ser quizá una de las pocas áreas que han sido beneficiadas, debido al cese de actividades, y han confirmado una disminución importante de dióxido de nitrógeno, una de las principales sustancias emitidas por el transporte y la industria.

Muchas regiones han experimentado reducción en la contaminación del aire, sí, pero también la pandemia ha interrumpido algunas iniciativas de diplomacia medioambiental.

Estamos a un año del inicio de una enfermedad que la humanidad no había visto, y pasará mucho más tiempo para poder identificar y medir todas las afectaciones que ha generado y va a provocar.

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