Con el objetivo de disminuir la contaminación causada por los aviones, activistas y legisladores de Holanda y Francia proponen que se prohiban los viajes en aeronaves cuyo trayecto dure menos de tres horas.
El Ámsterdam-Bruselas es el primer vuelo que Suzanne Kröger, parlamentaria holandesa del partido ecologista GroenLinks, ha solicitado suprimir.
Este vuelo conecta a ambas ciudades en 45 minutos (sin contar los trayectos a los centros de las ciudades ni las horas de espera para embarcar) frente a la hora y 50 minutos que es de trayecto en un tren de alta velocidad.
Hacer ese viaje en avión supone emitir a la atmósfera hasta 48 kilos de CO2 más que recorriendo esa distancia en tren.
Por su parte, en Francia, el diputado de izquierda François Ruffin, se cuestiona trayectos como el París-Marsella. Las dos ciudades más pobladas del país están conectadas por avión en una hora y 20 minutos.
Ante esto, la activista sueca Greta Thunberg impulsa la campaña #IStayOnTheGround (me quedo en tierra) que busca restringir el uso del avión por sus consecuencias negativas en el medio ambiente.
Conscientes de que muchas veces, las tarifas en avión suelen ser más baratas que las ferroviarias.
El partido holandés de izquierda GroenLinks ha lanzado la petición #meertreinenmindervliegen (más trenes, menos vuelos), con lo que busca bajar los precios del tren y compensar el esfuerzo económico del ciudadano.
Bajo este criterio, otro vuelos que podrían ser considerados en Europa son el Madrid-Barcelona, que se conectan en 45 minutos, mientras que en tren el tiempo de traslado es de una hora 50 minutos.
Mientras tanto, el trayecto Londres-París, en avión se hace una hora y 15 minutos frente a las dos horas y cuarto abordo del tren Euroestar.
Redacción ContraRéplica